Juan Luis Guerra llega a los 60 años como el buen vino
El cantante y compositor dominicano Juan Luis Guerra cumple -este miércoles 7 de junio-, 60 años de vida y al hacer un balance de su vida y su obra musical uno se impresiona tanto con el talento de ese gran intérprete como por los tan altos niveles de popularidad mantenidos durante casi cuatro décadas de carrera profesional.
Sin dudarlo, podemos afirmar que Juan Luis Guerra y su tropa de la 4-40 han contribuido de manera significativa a elevar el orgullo latinoamericano, con sus sonoridades han invadido el mundo y han calado en el alma de los bailadores en países tan disímiles como Japón, Argentina, Turquía, Egipto, Australia o España.
Pero, ¿qué posee este artista que atrapa a multitudes?, ¿cuál es su fórmula?, y ¿cómo logra mantener una carrera exitosa sin ceder a las exigencias más burdas del mercado? Recientemente leí en una entrevista una confesión de Juan Luis Guerra en la expresaba: “Siempre he dicho que las canciones no cambian las cosas, las cosas las cambian los hombres que escuchan las canciones”, y con ese criterio como filosofía de vida, el músico dominicano ha escrito con inteligencia populares canciones de las que se han apropiado miles de personas dispuestas a cambiar el mundo o al menos a tratar de intentarlo.
La historia de este larguirucho, soñador empedernido y tímido incorregible comenzó cuando un día dejó los estudios universitarios de Filosofía para seguir su pasión por la música. Guerra forma en la década del 80 su primer grupo musical al cual llamó “Grupo 440”, con quien graba su primer álbum titulado Soplando (1984). Su primer trabajo presenta una fusión de merengue tradicional con jazz, unido a una vocalización al estilo Manhattan Transfer, así lo define el mismo músico, era un poco “rara” esa mezcla pero el artista supo enganchar el gusto popular con ese estilo suave y diferente que dio un giro más comercial a su segunda producción discográfica: Mudanza y acarreo (1985), y después con Mientras más lo pienso... tú (1986). Otras de sus composiciones más reconocidas se encuentran entre las realizadas para los artistas mexicanos Emmanuel, “No he podido verte”, grabada en 1990, y para Luis Miguel las canciones “Hasta que me olvides” en 1993, y “Te necesito” en el 2003.
La consagración le llegó a Juan Luis con el emblemático álbum “Ojalá Que Llueva Café”, disco con increíbles arreglos musicales y letras contagiosas que lo llevan directamente a convertirse en la principal figura de su grupo que pasaría a llamarse “Juan Luis Guerra y 440”. Otro hito en su historia es el disco Bachata rosa (1991), que el propio intérprete cree que ha sido su marca de fábrica: “En la etapa creadora de los artistas se toma una obra como la más completa (...), quién podría decir que haya una producción más acabada dentro de la magnífica música de Joan Manuel Serrat que Mediterráneo”. De seguro que esa apreciación es compartida por muchos de los seguidores del “maestro” –como le llaman consagrados artistas como Juanes, Enrique Iglesias o Miguel Bosé–, pues ese disco contiene algunas de sus más afamadas creaciones: La bilirrubina, Burbujas de amor, Estrellitas y duendes, Como abeja al panal, Bachata rosa, por solo mencionar las más conocidas.
Guerra ha sabido mantener un equilibrio entre su producción laica y su fe cristina, de esta última orientación es su disco En el cielo no hay hospital. El autor, quien también ha alcanzado fama por sus baladas, tiene en la Fundación Juan Luis Guerra un vehículo para asistir a los necesitados en República Dominicana y que sirvió de plataforma para el concierto Un canto de esperanza por Haití, en favor de los afectados por el terremoto del 2010 que azotó esa nación.
En los últimos años ha realizado su gira mundial AsondeGuerra, proyecto mediante el cual regala su música a miles de seguidores por tres continentes. Ha vendido hasta el momento más de 20 millones de copias en todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los artistas latinos con más discos vendidos en el mundo. La música de Guerra está centrada en el merengue, la bachata, la salsa, el pop, sin embargo, ha fusionado otros ritmos enriqueciendo el patrimonio sonoro del mundo como el mambo-rengue, la bachata nova, el funk y el reggae, habilidad que lo convierten en un artista integral. Juan Luis Guerra y la 4-40 no son un simple grupo que ha logrado impactar por sus disfrutables temas y su electrizante actuación en tarima: representan a toda una región, a los latinoamericanos, que les gusta bailar al ritmo del merengue y la bachata acompañados de una letra inteligente y divertida.