La NASA, al frente de la carrera hacia el Sol
En fecha reciente, la NASA anunció por primera vez en su historia la aprobación de una misión exploratoria por la corona del Sol. Esta surge a partir de la curiosidad de la agencia estadounidense de comprender en mayor medida el comportamiento de la estrella más importante de nuestro Sistema Solar. Según los pormenores de las declaraciones ofrecidas en la página web de la agencia, la sonda solar en cuestión se llama “Solar Probe Plus” y tiene programada su salida entre el 31 de julio y el 19 de agosto del 2018. Dicha misión ha sido bautizada con el nombre de un investigador vivo llamado Eugene Parker.
Dicha misión ha sido bautizada con el nombre de un investigador vivo llamado Eugene Parker, quien es uno de los pioneros de las hipótesis que pretenden explicar el comportamiento de los vientos solares. Parker, de 89 años, es reconocido como el “padre” de la misión debido al alcance de sus obras, que representan cerca de 6 décadas en constante desarrollo.
El objetivo esencial de la sonda es explorar diversas facetas del Sol a una mayor profundad a partir de la impresionante cercanía a su superficie que será capaz de alcanzar. Dentro de estos elementos cabría mencionar: su atmósfera, flujos de energía, estructura del plasma, niveles de radiación, movimiento de los vientos solares y temperaturas de la corona. Con esto en mente, pretende darle respuesta a una de las más viejas interrogantes científicas: ¿por qué la corona solar es más caliente que la superficie del Sol?
Una misión de exploración al Sol con esta envergadura no había sido capaz de concretarse anteriormente debido a atrasos tecnológicos. Pero es posible en estos momentos debido al avance de científicos de la NASA en la creación de una capa base compuesta de carbón de aproximadamente 11,43 centímetros de ancho, la cual debería ser capaz de soportar temperaturas de más de 1.377 grados centígrados.
Para brindar mayor información, se realizó una conferencia de prensa por la NASA en el Auditorio del Centro de Investigación “William Eckhardt” de la Universidad de Chicago donde se abordaron con mayor claridad los fundamentos y objetivos de este viaje “revolucionario”. Además, mencionaron el futuro desarrollo de la misión que se reducirá a que la sonda a lo largo de su trayectoria irá reduciendo gradualmente su órbita alrededor del Sol, hasta estar a 5,9 millones de kilómetros del astro. De alcanzar esta distancia, estaría dentro de la órbita de Mercurio y casi 8 veces más cerca que cualquier otra nave espacial antes.
La importancia de la futura misión espacial es incuestionable y va a tener efectos de largo plazo. Esta arrojará luz hacia la última y menos explorada parte del sistema solar. Sus observaciones críticas se espera que sean capaces de mejorar las probabilidades de pronosticar los fenómenos asociados al Clima Espacial que afecta la Tierra y todos sus satélites en órbita. Y, finalmente, continúa demostrando los grandes recursos y avances tecnológicos de la Agencia Espacial estadounidense que no quiere quedar retrasada en la lucha por el dominio del cosmos, la explotación de sus recursos y la completa supremacía en el programa espacial mundial.