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martes, 27 de junio de 2017

La UE permite a Italia lo que prohibió a España en el rescate de su banca

Por JoseGabriel

En 2015 la Unión Europea (UE) aprobó sus nuevas reglas bancarias. Estas prohíben rescatar los bancos en situación de quiebra y crisis con dinero público, tal y como sucedió entre 2008 y 2012, durante la crisis financiera. En ese período los países integrantes del bloque comunitario desembolsaron 413 mil millones de euros de ayudas públicas para el rescate de sus bancos, lo cual tuvo un coste social elevado y un impacto negativo directo en el bienestar de los contribuyentes. A raíz de ello, la Comisión Europea declaró que no habría más rescates bancarios con dinero público, pero Italia ha dejado en entredicho la norma al hacer justo eso, a ojos y con el aparente beneplácito de Bruselas.

Las normas del bloque con respecto al tema establecen que son los accionistas y los acreedores, y no los contribuyentes, quienes deben asumir los costes de los futuros rescates. Así ocurrió recientemente en España con el Banco Popular, adquirido por el Santander al simbólico coste de un euro para recapitalizarlo, sacarlo de la quiebra y hacerlo funcional y competitivo sin que, supuestamente, sufran en la operación los depositantes del Popular y los fondos del erario público. Quienes sí perdieron en ese trámite fueron los accionistas y bonistas del banco quebrado, algo que no sucederá del todo en Italia. La nación transalpina se saltó este domingo las reglas de la UE sobre rescate bancario y comprometió hasta 17 mil millones de euros de ayudas públicas en la “liquidación ordenada” de Banca Popolare y Veneto Banca. Se trata de dos pequeñas entidades del norte del país que han venido teniendo graves problemas en su desempeño desde hace meses y que ahora venderán sus activos sanos a Intesa Sanpaolo. Este proceder de Roma vulnera además otro principio de la unión bancaria de la eurozona, que establece el trato igual para todas las entidades del bloque comunitario en lo que supervisión y resolución se refiere.

Pese a ello, Bruselas ha dejado obrar a Italia y no se ha pronunciado condenatoriamente. Solo ha dejado en claro su apreciación de que el caso italiano no se corresponde con el ocurrido en España con respecto al Banco Popular, cuya liquidación fulminante forzó a través del Banco Central Europeo (BCE). Para muchos entendidos, amén de lo que diga la UE, el caso es el mismo. No obstante, el proceder de España y Santander es el citado como un buen ejemplo de rescate, y no el de Italia, que en definitiva costará a los contribuyentes. El Mecanismo Único de Resolución (MUR), el equivalente al FROB europeo y responsable de la resolución del Popular y su venta al Santander, decidió no intervenir en el caso de las dos entidades bancarias italianas. Defendió su posición argumentando que ni el Populare ni Veneto realizan funciones esenciales para la economía italiana, y que su quiebra no impactará de forma adversa “en la estabilidad financiera” de Italia y la eurozona, como sí podía haberlo hecho el Popular. A esta última el MUR la calificó en su momento como entidad sistémica con riesgos para España y el bloque todo, mientras que a las transalpinas les resta importancia, basándose en el alegato de que sus activos sumados no superan los 55 mil millones de euros. De cualquier forma, sorprende y puede resultar molesto el que no se haga ir a todos los miembros de la UE por el mismo camino en casos similares o idénticos, según persisten en su opinión algunos.