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lunes, 5 de junio de 2017

Muguruza, destronada un año después

Por Mayli

Después de convertirse en leyenda del tenis español y mundial, Garbiñe Muguruza acaba de perder el trono ante una local de poca monta, la francesa Kristina Mladenovic. Roland Garros se queda sin la vigente campeona. Fue Mladenovic quien golpeó primero, luego la hispanovenezolana se recuperaba, pero en el instante decisivo, la local, aupada por su público, estuvo más sólida en el apartado mental que su rival en el momento cero. Muguruza se desmoronaba en cada saque fallido y raquetazo a la nada, mientras Kristina crecía y crecía, hasta darse cuenta que le podía ganar a la campeona vigente. No busquen culpables. 

Hace un año atrás, Garbiñe Muguruza lloraba, pero por razones distintas a las de este 2017. La hispanovenezolana lloraba porque ganaba uno de los trofeos más valiosos del tenis, el Roland Garros. El mundo deportivo se ponía a sus pies, los famosos se le rendían, Muguruza vivía un sueño, del que acaba de despertarse por intermedio de la tenista francesa, Kristina Mladenovic. 

Roland Garros se queda sin la actual titular. Garbiñe Muguruza se rindió ante la francesa Kristina Mladenovic en octavos de final con la abarrotada Suzanne Lenglen aupando en cada jugada a la tenista local, que batió a la española por 6-1, 3-6 y 6-3 en dos horas de partido. La 14ª del mundo pudo con la número cinco, en un intensísimo partido que cayó del lado de quien más sólida estuvo en el apartado mental a la hora cero. Sin embargo, todos apuntan al público, quien si bien se mostró a favor de la suya, y no paró en animarla, la cuestión, va más allá de eso. En algo coincido, nunca es fácil defender un título. 

"Lo del público hoy fue obviamente duro para mí, así lo entiendo. En algunos momentos deberían haber sido más respetuosos, incluso con el juego, porque tuvimos que parar. El árbitro ha tenido que calmar a la gente todo el rato. No estoy aquí para crearme enemigos, porque me encanta jugar aquí, pero la sensación no ha sido buena", comentó la española en reuda de prensa, con la voz rota, y las lágrimas asomándose por sus ojos. El habitual silencio en el tenis se rompió es cierto y el público parece que aportó algún punto para que el partido se decantara hacia el lado francés, pero una profesional tiene que saber que esto puede suceder y jugar en contra. Psicológicamente, a Muguruza creo que le pesó más que era la principal candidata y el partido se le iba de las manos, a que el público realmente interviniera. 

La pelea con la grada comenzaba desde antes. Muguruza había entrado de mala gana a la cancha, con un enfado monumental. Se retiró peor, contrariada, negando el saludo a la grada francesa, que ve en Mladenovic al relevo de Mary Pierce, ganadora en el 2000. Desde entonces, 17 años, casilla enn cero para las tenistas galas en París, de modo que era lógico que movieran cielo y tierra para conseguir desestabilizar a la hispano venezolana. 

Realmente este ha sido un año sin inspiración para ella. "Creo que ha sido un público difícil, no sé. Lo entiendo. No sé qué decir. Los que habéis estado en la pista lo sabéis; no sé qué queréis que diga, así que no diré nada. Me preguntan desde hace mucho tiempo sobre todo esto y pienso en ello. Ha sido una parte de mi carrera que se ha acabado. Creo que es un privilegio haber podido venir aquí como defensora del título. Pocas chicas pueden decirlo ¿Y qué es lo que más te duele, Garbiñe? "La derrota". Y concluía así un ciclo. De un 4 de junio a otro. Todo en la vida cierra, a veces bien, otras como estas. Pero no busquen culpables en la grada, todo había terminado antes.