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lunes, 26 de junio de 2017

Nuevo capítulo del “Rusiagate”

Por LauraB

Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, dio la orden de iniciar una ofensiva cibernética contra Rusia ante la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones de noviembre pasado. Esto es “muy, pero muy peligroso”, ha dicho la revista The Week. A su vez, un reportaje del diario norteamericano The Washington Post reflejó que Obama (2009-2017) se mostró cauteloso “para no empeorar las cosas” con Rusia. Fuentes cercanas a la administración del exmandatario señalaron que este estaba convencido que actuar contra Moscú “hubiera podido provocar una escalada de parte de Vladimir Putin”. Otra preocupación rondaba el asunto: que provocar abiertamente a la nación euroasiática fuera interpretada como una reanimación de viejos conflictos de la Guerra Fría.

El caso es que Obama esperó pacientemente al final de su mandato para autorizar la planificación de un “ciberataque”, dejando, sin embargo, la decisión a su sucesor, el republicano Donald Trump, quien profesa una “rara” simpatía hacia Putin. Los ataques informáticos rusos, denunciados por Washington, que precedieron a la elección del republicano como el presidente número 45 de Estados Unidos habrían afectado a unos 21 estados, el doble del que previamente se conocía.

Los atacantes accedieron a los sistemas electorales y las bases de datos, eliminando y alterando los votos a través de la manipulación de sistemas informáticos. Según reportes de la prensa estadounidense, la información proviene de tres fuentes anónimas que han tenido acceso directo a una investigación del gobierno estadounidense. Esas mismas fuentes aseguran que fue un ataque “sofisticado” y que ante ello la administración de Obama contactó en octubre con el Kremlin.

Según los reportes, la inteligencia rusa accedió a datos de 15 millones de personas en el estado de Illinois, pero no existen evidencias de que el ataque lograra afectar los resultados electorales finales. Sin embargo, hasta el momento Moscú ha negado todo tipo de señalamientos en su contra.

Y desde el propio Estados Unidos contradicen estas versiones. Directivos de la División Cibernética del Departamento de Seguridad Nacional dijeron que el ciberataque ruso no incidió en el resultado de los comicios de noviembre del año pasado. Esto se debe a que los sistemas hackeados no estaban implicados en el recuento de votos electorales que dieron la victoria a Trump frente a su rival demócrata, Hillary Clinton.

Trump y su equipo han sido blanco de duras críticas desde su llegada al poder debido a su acercamiento con Rusia y por, supuestamente, haber presionado al ya exjefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI) James Comey, para que dejara de investigar al equipo del presidente estadounidense por dicho asunto y obstaculizar las investigaciones.