Portugal no puede bajar la guardia
Bajar la guardia sería un terrible error. Las autoridades lusas lo han dejado claro y alertan sobre el riesgo potencial de que algunos focos del incendio que destroza el país desde el pasado sábado se reactiven. Si bien las llamas fueron controladas desde este miércoles, cuando Góis, el último foco que quedaba, paró de arder; Portugal asegura que deben mantener los operativos de combate del fuego, catalogado como el más mortífero de la historia de esta nación, y cuyo saldo de víctimas asciende a 64 muertos y 254 heridos. Detener el avance del incendio no es suficiente aún, de ahí que el Comandante Carlos Tabares, de Protección Civil explicó que no se disminuirá ningún medio terrestre, y se mantendrá activo el dispositivo de combate al incendio. Hasta la fecha, el número de efectivos terrestres desplegados para hacer frente a la catástrofe es de 2400.
Después de que las llamas del incendio, que comenzó en el término municipal de Pedrógão Grande, fueran dominadas, los efectivos pasaron a ocuparse de mantener bajo control un perímetro de al menos 153 kilómetros de extensión. Cinco días tardaron en detener el siniestro, y Tavares atribuyó como causas fundamentales la velocidad del incendio y las altas temperaturas, además de los fuertes vientos. Mayor complicación agregó al suceso la orografía de las áreas involucradas en el fuego.
La evaluación de los daños, así como la investigación minuciosa de la gestión para sofocarlo y las causas que condujeron a este evento, comenzarán una vez esté totalmente extinguido. Varias han sido las versiones, que van desde la “oficial” que atribuye el fuego a la caída de un rayo, hasta la que manifestó el Jefe del sindicato de bomberos de Portugal. Este último duda de las causas naturales, y apunta a “una mano criminal” como desencadenante de tal lamentable hecho.
En Pedrógão Grande, Góis y Pampilhosa da Serra se trabaja intensamente por parte de voluntarios y personal de salud, en la preparación de las condiciones de alimentación de los bomberos, militares y policías que se mantienen en la primera línea de fuego. Sobresalen un numeroso grupo de enfermeros y médicos de todo el país, que han llegado hasta la zona para ayudar a los efectivos que trabajan en las tareas propias de extinción, y destacándose decenas de mujeres bomberas.
Provocado o no, el hecho es que el incendio en Portugal ha calcinado hasta los cimientos de la “vida política” del país, al calor de las crecientes críticas a la gestión para mantener la situación bajo control, y las causas “no precisamente ambientales” que hacen que la nación arda, literalmente, con mayor frecuencia de la que debiera.
Para las dudas, ya el minisatélite Proba-V de la ESA nos muestra “las huellas” desde el espacio de la catástrofe, que ha arrasado con más de 30 000 hectáreas de monte. Ahí están en la instantánea las marcas ennegrecidas y columnas de humo, ahí está, entre las marcas, la aldea de Nodeirinho, donde tuvieron lugar la mayoría de las 64 muertes registradas.
