Putin pide “cordura” a Estados Unidos ante Corea del Norte
“Tenemos submarinos, muy poderosos, más que las fuerzas aéreas. Y tenemos a los mejores militares de la Tierra”, ha dicho Trump y ha puesto nervioso al presidente ruso, Vladimir Putin. El mandatario estadounidense dijo a la cadena Fox Business que envió a la península norcoreana “una armada muy poderosa”.
Horas antes, el magnate republicano escribió en Twitter que Corea del Norte “está buscando problemas” por lo que su país actuaría por su cuenta para frenar el programa nuclear. Hace unos días Washington envió hacia la península coreana el grupo naval de ataque liderado por el portaaviones Carl Vinson como advertencia a Pyongyang y sus amenazas. Corea del Norte, usando su habitual retórica belicista, respondió al movimiento diciendo que el país “está preparado para la guerra”.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo en una rueda de prensa tras la clausura de la cumbre sobre la nueva Ruta de la Seda en China, que la última prueba de misiles de Corea del Norte era “peligrosa”. Sin embargo, insistió en retomar el diálogo con Kim Jong-un para resolver las tensiones en la península coreana. “Estamos categóricamente en contra de la expansión del club de las potencias nucleares. Consideramos (la prueba de misiles) contraproducente, dañina y peligrosa”, indicó Putin, quien agregó: “Debemos dejar de intimidar a Corea del Norte y encontrar una solución pacífica a este problema”.
El misil lanzado el pasado domingo es un nuevo modelo capaz de transportar una cabeza nuclear. El proyectiles, según la agencia de noticias norcoreana KCNA, un cohete tierra-tierra Hwasong-12 que recorrió 787 kilómetros y alcanzó una altura de 2115 kilómetros antes de caer “en el punto preciso previsto”. El cohete se precipitó sobre el mar de Japón a unos 500 kilómetros de la costa rusa. El misil voló durante casi media hora, mucho más que otros cohetes probados con anterioridad. Su alcance también parece superior al de otros proyectiles previos.
El lanzamiento parece una respuesta a la investidura del nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, quien es partidario de defiende la apertura de un diálogo con Pyongyang mientras se mantienen las sanciones contra el programa de armamento nuclear y balístico de ese país. La meta de ese programa es lograr bombas nucleares lo suficientemente reducidas y misiles con el alcance suficiente, para lanzar un cohete con una cabeza atómica capaz de alcanzar territorio continental estadounidense. Kim Jong-un dijo que probaría este año un misil con esas características.
La postura del presidente chino Xi Jinping, principal aliado norcoreano, es parecida a la de Putin. Xi sostuvo una conversación telefónica con su homólogo estadounidense para pedirle calma con Corea del Norte. Xi planteó que China desea resolver el problema norcoreano “de forma pacífica”, según informó la televisión estatal CCTV. El propio Trump confirmó la conversación a través de su cuenta en la red social:“La pasada noche tuve una muy buena llamada del presidente de China con respecto a la amenaza de Corea del Norte”. El objetivo de China, según le dijo Xi a Trump, es una península coreana sin armas nucleares pero también estable.
Trump quiere que Pekín, aliado tradicional del régimen de Kim Jong-un, suba el tono con Pyongyang y apriete más las tuercas para ahogar económicamente al país. China asegura que cumple con las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, aunque recela enormemente del programa nuclear del país vecino, rechaza cualquier vía que pueda traer inestabilidad en la península coreana y en sus fronteras.
Corea del Norte ha llevado a cabo cinco pruebas nucleares -dos el año pasado- y ha lanzado decenas de misiles balísticos.
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