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lunes, 26 de junio de 2017

Resuelto el misterio sobre la forma ovalada de los huevos

Por Elayne

Un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton ha establecido recientemente por qué los huevos son ovalados. La inquietud, simple en apariencia, ha sido siempre un misterio para los científicos, que en varias ocasiones le han dado una respuesta errónea a qué es lo que determina que todos los huevos de aves tengan una forma ovalada similar. Sin embargo, el estudio publicado esta semana en la revista Science parece haber dado en la clave. De acuerdo con los resultados de esa investigación, los huevos deben su forma a la adaptación de los pájaros al vuelo, y no a ninguna otra de las causales que hasta este momento se han considerado.

Mary Caswell Stoddard lideró al equipo de Princeton que realizó el estudio. Ella y sus colaboradores analizaron hasta 49 mil 175 huevos de mil 400 especies, dos de las cuales ya están extintas. De acuerdo con los resultados de su minucioso análisis, no son las características del nido o el número de descendientes de las aves en una puesta los factores o elementos que determinan la forma de los huevos. Del mismo modo, tampoco lo hacen la modalidad de desarrollo o los factores ambientales. La figura elíptica u ovalada de los huevos en las aves, sostienen los investigadores del prestigioso centro académico estadounidense, está originada en la adaptación de las aves al vuelo. Está claro que los huevos de todas las aves no son iguales. Hay grandes variaciones entre los pertenecientes a distintas especies, pero ninguno llegar a ser perfectamente redondo o esférico. Todos, de una forma u otra, son elípticos. Según declaró al diario español EL MUNDO Stoddard, ella y sus colegas se motivaron a investigar al respecto por la intriga que les causaba la gran variedad de formas de huevo que se observa en las aves. “¿Por qué los huevos de búho son casi esféricos y los de los colimbos son más elípticos?”, confesó Stoddard que se preguntaba al inicio de la investigación. Así, una vez terminada la misma, dijo que todos se sorprendieron al encontrar que “había una fuerte correlación entre la capacidad de vuelo y la forma del huevo”.

Los resultados del equipo de Princeton contradicen a muchas teorías anteriores que explicaban la forma de los huevos a partir del tipo de hábitat o la historia de vida del animal. Hasta ahora se afirmaba y era aceptado que el tipo de huevo condicionaba la eficacia de la incubación, siempre en sintonía también con el tamaño de una puesta o nidada. No obstante, las conclusiones de Stoddard y compañía sugieren que la medida del índice mano-ala (HWI por sus siglas en inglés) determina la forma que tienen los huevos de las aves, que no son redondos como los de los reptiles y otros grupos animales. Asimismo, el HWI, un parámetro que permite calcular la eficacia de las aves en el vuelo y su capacidad de dispersión, permite responder por qué varían tantos los huevos de una especie de pájaro a otra. Muestras y realidades favorables al estudio en cuestión son la existencia de aves que han perdido la capacidad de volar, cuyos son a menudo casi redondos. Así, mientras más adaptada esté un ave al vuelo, más elíptico y ovalado serán sus huevos, mientras que en los casos contrarios la tendencia es a huevos más esféricos, aunque sin llegar a ser nunca redondos.

¿Quién lo iba a decir? ¿Verdad? Resta ahora investigar para resolver entonces otro gran misterio, que nadie ha logrado responder, y no es otro que ese que eternamente nos pregunta sobre quién vino primero, si el huevo o la gallina.