Revienta el mercado de fichajes de la NBA
La agencia libre de la NBA comenzará en solo unos días, pero ya se pueden observar movimientos bien interesantes en el mercado del baloncesto norteamericano. De entrada, podemos asegurar que los Houston Rockets serán serios contendientes la próxima temporada en la Conferencia Oeste, luego de hacerse con los servicios Chris Paul, quien llega desde Los Ángeles Clippers por la vía del cambio. El base será un arma crucial para chocar contra el potencial de los actuales campeones, Golden State Warriors, y la tradición de los San Antonio Spurs, justo uno de los conjuntos que más lamenta el viaje de CP3, pues lo tenían entre sus principales candidatos para reforzar el quinteto.
Hace solo una semana se confirmó que el español Pau Gasol no ejercería su opción de más de 16 millones de dólares para renegociar con los Spurs otro contrato por menos dinero, de forma que se pudiera abrir espacio en la nómina si llegaba Paul como sustituto ideal de Tony Parker. Pero CP3 se ha decantado por el potencial de James Harden y los Rockets, quienes han recibido algo de crédito por su reciente campaña gracias a los premios de Eric Gordon y Mike D'Antoni, mejor sexto hombre y mejor entrenador de la liga, respectivamente.
Para conseguir los servicios de Paul, los Rockets entregaron un paquete de jugadores que incluye hombres importantes como el alero de 22 años Sam Dekker, y los escoltas Lou Williams (30) y Patrick Beverley (28). En el caso de Beverley, fue uno de los titulares habituales de Houston (67 partidos iniciados), mientras Williams se consolidó junto a Gordon como un suplente de lujo, al punto de culminar tercero en la votación por el puesto de Mejor Sexto Hombre de la NBA. Por su parte, Dekker resultó una opción interesante saliendo de la banca, aunque por su edad todavía tiene mucho margen de crecimiento.
El resto del premio que se llevaron los Clippers consta de dos ala-pivot, Montrezl Harrell (23 años), hombre que jugó un promedio de 18 minutos durante 53 partidos con los Rockets esta campaña, y Kyle Wiltjer (24), quien tuvo mucho menos protagonismo. Las otras dos piezas del acuerdo son DeAndre Liggins y Darrun Hilliard, adquiridos recientemente por Houston desde los Mavericks y los Pistons, por ese orden, a cambio de efectivo. Ellos no tuvieron oportunidad de hacerse ilusiones con jugar al lado de Harden, pues enseguida fueron incluidos en el acuerdo por Paul, que también supone la entrega de 660 000 dólares para cuadrar salarios y selección de primera ronda del sorteo de 2018.
Este cambio blinda a los Rockets con un tándem excepcional para mover el balón, aunque se supone realicen otros cambios o adquisiciones para ganar en profundidad tras soltar a algunos efectivos habituales en sus rotaciones. Eso sí, la llegada de Paul como base organizador permitirá a Harden desplazarse a su antigua posición de escolta, la cual desempeñó con mayor frecuencia en su periplo por Oklahoma City Thunder. De cualquier forma, esto difícilmente significará que Harden deje de conducir el balón, teniendo en cuenta su habilidad innata para ejercer esa función. Además, en su pasado como escolta por lo general condujo la pelota en las posesiones de su equipo.
A simple vista, el dúo Harden-Paul funcionaría algo parecido al de Lebron-Irving en Cleveland, aunque el barbudo tendría que ganar en personalidad en el juego interior, algo que James domina a la perfección por su rocoso físico. No obstante, para los Rockets ellos serán armas letales en términos de anotación, sociedad y presión, por los disímiles recursos que manejan. Harden logró en la temporada recién finalizada su mejor promedio de asistencias (11.2) y puntos (29.1), mientras Paul registró su décima campaña al hilo con average superior a los nueve servicios por partido, racha entre las que se incluyen cinco contiendas con más de diez asistencias de media. Por si fuera poco, Paul ofrecerá a Houston previsión y ritmo vertiginoso por su habilidad de robo, apartado en el que sobresalió como líder de la NBA con un promedio de dos por juego, igualado con Draymond Green y John Wall.
La salida de CP3 de los Clippers quizás signifique que el equipo pasará a un proceso de reconstrucción, en el cual verían ir también a Blake Griffin y DeAndre Jordan, sus otras estrellas reconocidas, que están en la mira de algunos equipos con material suficiente para intentar los cambios. Tras confirmarse el movimiento, el propio Chris Paul escribió en Facebook que se sentía emocionado y no sabía qué decir: “Mucho amor y lágrimas. Estoy bendecido y agradecido por la habilidad de jugar este juego, pero esta es la parte para la que nadie puede prepararte. ¡A la comunidad de Los Ángeles y CLIPPER NATION les doy las gracias! Durante los últimos seis años todos ustedes han dado recibido la bienvenida no solo a mí, sino también a mi familia. Los queremos a todos. Pero lo más importante, pienso en los niños de LA's Best y de Brotherhood Crusade. Ustedes han cambiado mi vida. No importa adónde me vaya a trabajar, nosotros tenemos mucho más por hacer”.