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lunes, 17 de julio de 2017

A mejor dieta, una vida más larga

Por Marta A.

No importa si ya estás en el grupo de la mediana o mayor edad. Nunca es tarde para mejorar la dieta, y las personas de estos segmentos etarios que han comenzado a comer mejor, también tienden a vivir más tiempo, de acuerdo con las evidencias de un estudio de gran envergadura publicado en la edición del 13 de julio de la revista New England Journal of Medicine. Y aunque los resultados de dicha investigación le parezcan obvios, pues “el mensaje del estudio básicamente refuerza lo que las personas han estado escuchando de la ciencia durante años”, los expertos insisten en que hay novedad en los hallazgos.

Este estudio, plantean los autores, es el primero en mostrar que, incluso a una edad avanzada, los cambios sostenidos en la dieta podrían alargar la vida de las personas. La moraleja, de acuerdo con la investigadora principal, Mercedes Sotos Prieto, científica visitante de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston, es sencilla: siempre estamos a tiempo de mejorar la calidad de lo que comemos, y hacerlo de modo más saludable.

El mayor número de participantes en la investigación tenían 60 años o más, y los resultados de la misma estuvieron basados en alrededor de 74.000 profesionales de la salud estadounidenses, quienes participaron en dos estudios realizados a largo plazo, los cuales comenzaron en los años 70 y en los 80. Según el texto publicado, entre los años 1998 y 2010, casi 10 mil participantes en el estudio fallecieron. Los autores pudieron observar como  el riesgo de muerte prematura de las personas guardaba relación con cualquier cambio en la dieta que, estas habían hecho en los 12 años anteriores.

Aquellas cuyos cambios habían sido en positivo, es decir, que habían añadido a su dieta más frutas y verduras, así como granos integrales, por ejemplo, tenían un riesgo más bajo de muerte prematura que aquellas que mantuvieron la misma dieta, menos saludable. Contrario a lo anterior, aquellas personas cuyos hábitos alimentarios habían empeorado, se enfrentaron a un riesgo mayor de fallecer durante el periodo en que se desarrolló el estudio (aproximadamente entre un 6 y un 12 por ciento más alto) que los participantes cuya dieta se mantuvo estable, arrojan los resultados.

Asimismo, los expertos insisten en que los hallazgos también subrayan el concepto de que las mejoras modestas en la calidad de los alimentos que comemos, a lo largo del tiempo, termina influyendo de forma significativa en el riesgo de mortalidad.

Si bien el ideal es que alimentarnos de modo saludable sea un hábito toda la vida, no hay “una edad vieja” para hacer este tipo de cambios positivos, puntualizaron los especialistas, al tiempo que insistieron en que no existen alimentos ni nutrientes “milagrosos”, sino que lo realmente importante es la dieta en general.