Chile apuesta por la despenalización del aborto
Chile es uno de los países de América Latina donde todavía la interrupción del embarazo está prohibida en todas sus modalidades. Esta práctica médica es ilegal de acuerdo a lo estipulado en el Código Penal de 1874. Sin embargo, se están dando algunos pasos que dirigen a la nación rumbo a la despenalización del aborto, por ahora al menos en tres causales (peligro de vida de la madre, malformación fetal y violación). Este proyecto de ley, que ha generado en las últimas horas un intenso debate al interior del Senado, es uno de los proyectos estrella y más difíciles que lleva adelante el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet durante su segundo periodo de mandato (2014-2018).
El hecho de que fuera aprobada la primera de las tres causales, la cual hace referencia a la interrupción del embarazo cuando exista riesgo de vida para la madre, viene a ser una conquista histórica para los derechos civiles de la nación latinoamericano. El proyecto de ley se aprobó por una votación donde 20 se mostraron a favor y 14 en contra. Los legisladores tuvieron que votar antes una confusa propuesta del presidente de la Cámara Alta, Andrés Zaldivar que intentaba eliminar esa primera causal. Fue rechazada por 18 votos a favor y 17 en contra. Si bien dentro del Senado muchos están en contra del aborto, consideran que ante estas tres causales la respuesta del aparato estatal no debe ser la cárcel.
Mientras este logro constituye una victoria, en la sociedad chilena se espera sigan existiendo avances en los otros dos aspectos. Hasta el momento sigue en los predios del Senado el análisis de la segunda causal (inviabilidad fetal), que abrirá el paso al tercer punto (aborto por violación a la mujer). Entre los requisitos que el proyecto de ley exige para que se pueda producir el aborto, están el que este lo realice médico cirujano y con total autorización de la madre, siempre que esté sustentado en una de estas causales. El senador Ignacio Walker, representante de la democracia cristiana, destacó que si una fémina es violada, ultrajada, está en riesgo su integridad física y psicológica, y queda embarazada, no puede convertirse además en delincuente.
Históricamente, desde los tiempos de la colonización española, en Chile el aborto ha representado una conducta moral y socialmente reprochable en la sociedad. Los conquistadores trajeron a las tierras “desconocidas” los valores occidentales judeocristianos que predominaban en su país y que rechazaban la interrupción del embarazo, hasta el punto de sancionarlo penalmente. Sin embargo, las mujeres que consideraban el embarazo un “problema” que querían eliminar, acudían clandestinamente a mujeres sin especialización médica para que les hiciera la interrupción, o tomaban infusiones, yerbas y diversos métodos naturales. Los días de hoy, tan lejos temporalmente de aquellos tiempos, parece también que se alejarán de los valores tan conservadores e inflexibles que respecto al embarazo hoy predominan en el país. Cada vez más se alzan las voces al interior de la sociedad para que las mujeres tengan igualdad de derechos respectos a los hombres, una lucha que a nivel global sigue ganando fuerzas y captando voluntarios que desean apoyar dicha lucha donde las mujeres puedan decidir más.