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domingo, 30 de julio de 2017

El amor de Miriam Blasco

Por Eme

En los Juegos Olímpicos de 1992, en Barcelona, la judoca española Miriam Blasco ganaba para España la primera medalla de oro en esta disciplina, y aunque no lo sabía entonces ganaba para sí misma, el amor de su entonces rival, la británica Nicola Fairbrother. Blasco peleaba en los menos de 56 kg, en el Palau Blaugrana, ante la mirada atenta de miles de espectadores, y dos de ellos muy especiales, el rey Juan Carlos I y la reina Sofía. Pero la verdadera lucha de Blasco se libraba en el colchón, unos años después en su corazón. Blasco, es diputada del PP por Alicante.

La diputada y senadora por el PP, en Alicante, Miriam Blasco, ganó hace 25 años en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, la primera medalla de oro del judo femenino español. Miriam llegaba a la final en el Palau Blaugrana, ante miles de espectadores y compatriotas que habían venido a verla ganar, dos de esos espectadores, no eran otros que los mismísimos reyes de España, Juan Carlos I y Sofía. Por si fuera poca esa presión, el entrenador de Blasco, Sergio Cardell, había fallecido por un accidente de moto, un mes antes de la cita olímpica. «Solo me valía el oro. Quería conseguirlo por él», dijo entonces. Blasco tendría que enfrentarse a la británica Nicola Fairbrother por el oro, y lo consiguió. Mientras ella saltaba de alegría por la victoria, Nicola le daba la espalda entristecida por perder su sueño. Tres años después, se volvían a encontrar las dos mujeres, y desde entonces, no volverían a separarse más. La rivalidad que las ubicó en el mismo sitio antaño, hoy es solo un motivo para bromas dice Blasco. A modo de chiste, la española le dice a la británica si la relación hubiese funcionado en caso de que ella hubiese perdido aquella medalla olímpica.

Las dos ex olímpicas llevan más de dos décadas como pareja, y un año de casadas. Blasco quiso que la unión civil fuera un poco más simbólica y en el intercambio de alianzas a la campeona de Barcelona le tocó un anillo de plata, y a la subcampeona uno de oro. Fue su manera de pedir disculpas, aunque ella segura que Nicola ya le ha perdonado totalmente. «Todo queda en casa. Ella es la persona más importante ahora mismo en mi vida», aclaró Blasco, de 56 años. Aunque la ex judoca, habla muy poco de su vida privada, la que aleja totalmente de su estatus político en un partido conservador como el PP, por el aniversario 25 de los todavía considerados incomparables Juegos Olímpicos de Barcelona 92, habló un poco sobre su historia de amor un poco sui generis. A los 31 años esta española quiso amar a su rival de entonces, y aunque Nicola que también tiene voz en esta historia no ha hablado, todo indica que la relación ha marchado muy bien en todos estos años juntas. El cambio que provoca convertirse en una campeona olímpica no fue tanto, como el que provocó conocer a Nicola, más allá de los minutos de un combate de judo.

Algo así quiso explicar Miriam Blasco, cuando el mundo, pero especial España, celebraba 25 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona en la década del 90, y cuando ya se realiza una campaña civil, para que la ciudad condal celebre otros, todo ello en medio de la lucha de los catalanes por su independencia. Lo que no ha conseguido Madrid, la capital española, lo quiere conseguir Barcelona, por doble ocasión. Material humano y económico para ello tienen, así como embajadores deportivos de alto calibre para el trabajo diplomático. Mientras a nivel deportivo y político sucede todo esto, vale hacer una pausa para hablar de amor, en medio de un escenario competitivo, que como notan, no siempre es tan violento, ni tan amargo.