El fuego no da tregua a Francia
El fuego no parece dar tregua este año a Europa. Le toca nuevamente el turno a Francia, que ha visto arder desde inicios de la semana pasada el sur del país, específicamente los departamentos de Var, Bouches-du-Rhône y Vaucluse, así como el norte de la isla de Córcega. Parece alentador que algunos de los focos principales registrados han sido controlados, aunque aún queda mucha llama por sofocar. Más de 5000 hectáreas ya han sido arrasadas, y los perjuicios, además de los consabidos daños graves al ecosistema y la economía de la zona afectada, se han extendido a la población, en tanto más de 12.000 personas han tenido que ser evacuadas en la noche del martes al miércoles, tras haberse propagado un nuevo y violento foco del incendio Bormes-les-Mimosas, en Var, localidad que forma parte de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, y es la segunda área más turística de Francia, después de París.
Las localidades de La Londres-les-Maures, donde el incendió arrasó con un supermercado, La Croix Valmer y Artigues fueron afectadas también por las llamas.
Que el fuego haya comenzado a la altura de la medianoche, y con un viento caluroso, que sopla del Noreste hacia el Mediterráneo, y dificulta el panorama, más cuando sabemos que los aviones antiincendios no pueden comenzar su trabajo hasta que amanezca, lo que convierte el siniestro en una verdadera “pesadilla”, ha dicho François Arizzi, alcalde de esta localidad turística.
No obstante, agregó que tanto los camping como las casas de vacaciones fueron evacuados con tranquilidad y sin pánico. Unos 3000 campistas terminaron la noche en los refugios temporales: un grupo de cinco locales adaptados para la ocasión, salas de fiesta, polideportivos o dentro de sus propios vehículos; incluso algunos durmieron en mantas en las playas cercanas. Al menos, el aeropuerto de Toulon, que había cerrado durante varias horas, pudo retomar sus operaciones.
Las “llamas” de la preocupación han llegado incluso hasta París, y se sabe que el primer ministro, Édouard Philippe, se personó en algunas de las zonas más afectadas en la localidad de Var; mientras que por otra parte, el presidente, Emmanuel Macron, hizo llegar un mensaje de apoyo tanto a los bomberos y demás personas que luchan contra el fuego como a la población afectada por las evacuaciones.
De acuerdo con la prefectura, en los últimos días 3 000 hectáreas de bosque y vegetación de Var han sido destruidas, si bien las autoridades aseguran que los incendios ya están controlados.
Ante la multiplicación de los fuegos, no apagados del todo aún, la propia prefectura de Var ha abierto una “célula de crisis” para coordinar los esfuerzos y extinguir las llamas. Para ello, se encuentran desplegados en la zona centenares de bomberos, además de la contribución de varios aviones antiincendios. No obstante, hay que tener en cuenta que el intenso calor, la orografía de la zona y, sobre todo, el intenso calor, hacen más difíciles las tareas de extinción.
En la lucha contra las llamas han resultado heridas o intoxicadas por el humo una veintena de personas, entre bomberos y policías. Uno de los bomberos incluso sufrió quemaduras de segundo grado cuando hacía su trabajo en la localidad de La Croix Valmer, y tuvo que ser trasladado a Marsella para su atención médica.
Alrededor de 600 bomberos participan en la extinción de las llamas, entre los que se cuentan efectivos movilizados desde los municipios y departamentos vecinos. En medio de ese escenario, no faltan las denuncias como las de un sindicato de pilotos de Canadair, que alega "la falta de piezas de repuesto", como una de las causas que impide poner en marcha todos los aparatos necesarios para sofocar el incendio. Una flota de 23 aviones para la lucha contra los incendios es el arsenal con el que Francia cuenta actualmente: 12 Canadair, nueve Tracker y dos Dash.
Las causas de los fuegos aún se desconocen aunque se piensa desde ahora en la combinación de la sequía persistente, con las condiciones de vientos nada favorables. Arde de nuevo esta región mediterránea francesa, que con un promedio de casi 24.000 hectáreas quemadas anualmente, entre los años 1973 y 2008, constituye una de las cinco áreas europeas más dañadas por incendios forestales.
Apenas este jueves la prefectura de Var informaba en su cuenta de Twitter que el riesgo de incendio previsto era de muy alto a excepcional, pronóstico que sigue siendo desalentador para un país que aún no apaga las llamas y ya ve cerca la nueva posibilidad de arder.
