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viernes, 21 de julio de 2017

Los ojos, el gran desconocido

Por Marta A.

La vista es, quién lo duda, un sentido con un valor incalculable. Los ojos son una parte del cuerpo humano extremadamente sensible e importante. Grandes o chicos, vivaces o discretos, negros, verdes, azules o marrones; lo cierto es que son muchas veces subestimados. Con frecuencia escuchamos a las personas disertar sobre cualquier otro órgano, sus funciones, principales dolencias de las que puede padecer o características, pero de los ojos bien poco. No importa que haya incluso adagios que los pongan en lo más alto, como ese que dice que son “el espejo del alma”, pues mayormente terminan siendo subestimados. Y si no me cree, lea a continuación y verá que poco sabemos de esos dos “luceros” que nos permiten cada día ver el mundo.

Los misterios también llegan hasta nuestros ojos. Sabía usted que cada uno de ellos tiene un punto ciego en la parte posterior de la retina, lugar en el cual se sitúa el nervio óptico. La razón por la cual no advertimos esa “falla” en nuestra visión es porque ambos ojos trabajan de conjunto para cubrir uno del otro, este determinado “punto ciego”.

Otro elemento que quizá desconozca es que las córneas humanas son tan parecidas a las córneas de los tiburones,  que los órganos de estos peces cartilaginosos ya han sido muchas veces utilizados en sustitución de los ojos humanos.

Y si aún no se ha sorprendido, sepa que si una huella dactilar cuenta con 40 característica únicas, el iris en cambio tiene 256. Es por ello que los dispositivos de escaneo y reconocimiento del iris, terminan resultando mucho más efectivos y seguros que los de las huellas digitales.

Lo siguiente, debe haberlo podido comprobar en cientos de ocasiones, pero igual se lo afirmamos para que no juegue a intentarlo, porque estornudar con los ojos abiertos es simplemente imposible. Si acaso ama a alguien, y esa persona aún no confía en sus sentimientos, pídale que le mire fijamente a los ojos, más específicamente a las pupilas, y así podrá comprobar lo que es un hecho. Y es que estas en estado de dilatación pueden alcanzar hasta un 45 % cuando vemos a alguien que amamos.

La capacidad de recuperación de nuestros ojos ante una lesión es otra de sus cualidades envidiables; pues con los cuidados correctos, apenas precisas de 48 horas para reparar una lesión en la córnea. Pero no se confíe ¡mucho cuidado! Si la lesión la sufrimos en la retina, es irreparable.

Ahora le comento algo que seguro sabe, pero no parece estar bien claro, al menos entre las mamás que insisten en que sus bebés desde que nacen tengan preferencia de colores. Pues los niños nacen siendo daltónicos, o lo que es lo mismo, no tienen la capacidad de distinguir los colores. Esa se adquiere poco a poco. Y llega un momento que nuestros ojos conseguirán diferenciar 500 tonos diferentes de gris.

Por otra parte, sí resulta sorprendente que, apenas a dos semanas de la concepción, ya los ojos comienzan a formarse en el feto. No parece algo fortuito, si tenemos en cuenta que en la vida cotidiana, la visión desempeña un papel tan importante que requerirá el uso de la mitad de nuestro cerebro aproximadamente.

Para terminar te dejo tres datos más. Cada uno de los ojos tiene unas 107 millones de células, y todas ellas son sensibles a la luz. Al mismo tiempo, cada uno tiene 25 milímetros de diámetro y pesa alrededor de 8 gramos. Los bebés recién nacidos no producen lágrimas. Fíjese en ese detalle, hacen sonidos de llanto, pero de sus ojos no brotan las lágrimas hasta que tienen entre las 4 y 13 semanas de vida. Solo entonces es que llegamos como dice el refrán al “valle”, pero donde a veces también se llora de alegría.