Punto y final a los escotes en el golf
La LPGA, el circuito femenino estadounidense de golf, ha emitido un novedoso código de vestimenta que comenzará a implantarse desde ya. La medida lleva consigo por supuesto, la tradición de un deporte que fue jugado solamente por hombres por muchos años, hasta que las féminas se impusieron. La directora de esta organización, Vicki Goetze-Ackerman, difundió el listado de las prendas de vestuario que ya no serán permitidas en los campos de golf. Claramente, el reglamento también indica nuevas medidas respecto a la longitud de las faldas y los pantalones cortos, que, según expresó la directora, deberán ser lo suficientemente largos para ocultar su zona inferior y parte de los muslos.
Aun estando en pleno siglo XXI, las mujeres siguen enfrentando ciertas normativas internacionales quizás un poco retrógradas y que las obligan a llevar determinados aditamentos por obligación. Esta vez es el golf el causante de las problemáticas, pues impone un código de vestuario para las féminas que disfrutan de ese popular deporte. La LPGA, el circuito femenino estadounidense, de ese deporte, ha emitido un novedoso código de vestimenta que comenzará a implantarse desde ya. La medida lleva consigo por supuesto, la tradición de un deporte que fue jugado solamente por hombres por muchos años, hasta que las féminas se impusieron. La directora de esta organización, Vicki Goetze-Ackerman, difundió el listado de las prendas de vestuario que ya no serán permitidas en los campos de golf.
A partir de ahora quedan prohibidos los escotes y los leggins, cuando se practique ese deporte, a menos que se lleven bajo un pantalón o una falda. Claramente, el reglamento también indica nuevas medidas respecto a la longitud de las faldas y los pantalones cortos, que, según expresó la directora, deberán ser lo suficientemente largos para ocultar su zona inferior y parte de los muslos. Además, como parte de unas vestimenta tradicional y clásica, se permitirán vaqueros elegantes, pero para nada jeans con cortes o desgastados. Los que no respeten el nuevo código serán multados y las sanciones por violar el código de vestimenta ascenderán a mil dólares y podrían duplicarse con cada ofensa.
Según expresaron sus altos mandos, a través de estas medidas, la LPGA busca que las jugadoras de golf jueguen de forma profesional y reflejen una imagen positiva para ese popular deporte a nivel mundial. Por supuesto, debemos tener en cuenta que el golf es un deporte ligeramente clasista en gran parte del mundo y por ello están requiriendo una mejor presencia y estética. Heather Daly-Donofrio, directora de comunicación de la entidad, indica igualmente que este deporte está muy marcado por su historia, y ella es la que dictamina su estilo, desde las normas básicas del juego, a nivel profesional o principiante, hasta unas reglas de etiqueta y vestuario que pudieran afectar el comportamiento del jugador y que deben ser tenidas en cuenta a la hora de reglar la educación y el respeto al rival del momento. Aunque en el caso de los hombres esa norma afecta un poco debido a que los obliga a no llevar pantalones vaqueros desgastados y, al contrario, vestir ropa con cuello dígase de pullovers y camisas, en el caso de las mujeres es mucho peor.
El golf ha sido históricamente un deporte masculino, en el que las mujeres participan hace muy poco con protestas incluso en pasados años, de exclusivos clubs machistas y elitistas como los campos de Saint Andrews y Turnberry, ambos ubicados en Escocia, los cuales han tenido que llevar a cabo referéndums entre sus socios para lograr permitir que las mujeres formen parte de su plantila. Además, es reconocido a nivel mundial que la figura de William Johnson, el máximo responsable del Augusta National, campo que acoge cada año el más grande circuito profesional masculino del deporte ganó el rencor del movimiento feminista golfista estadounidense, pues prohibió, en estos mismos años, el acceso a las mujeres a ese campo tan famoso del mundo.
Hoy, solamente la CEO de IBM y la exsecretaria de Estado estadounidense Condolezza Rice se integran al reducido número de socios del campo Augusta National aunque en los famosos en Saint Andrews y Turnberry permiten a las mujeres participar en las competiciones. Algo que afecta a la comunidad femenina que ama el golf, además de esta estricta y medieval norma de vestuario impuesta.