Trump atiza el conflicto en Oriente Medio
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó por teléfono al rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz. La justificación fue abordar el conflicto entre Qatar y tres países vecinos del golfo arábico-pérsico. El pasado 5 de junio Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con el pequeño emirato y lo acusaron de promover y apoyar el terrorismo y el extremismo. Las presiones contra Doha vienen por su soberanía y alto nivel en recursos que le han hecho deslindarse de las órdenes de Arabia Saudita. Asimismo, tener el control de los gasoductos se ha convertido en una obsesión para todas las potencias.
La ruptura de relaciones y el bloqueo fronterizo a Doha lo anunciaron Arabia Saudita, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos. La decisión partió del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). La excusa esgrimida fue que Qatar apoya a grupos terroristas como la Hermandad Musulmana (HM), el Estado Islámico (EI) y Al-Qaeda.
Fuentes de la Casa Blanca, sede del Ejecutivo estadounidense, indicaron que en la conversación ambos abordaron también la necesidad de cumplir lo acordado en la Cumbre de Riad. Trump insistió en recortar el financiamiento para el terrorismo; y el monarca felicitó al país occidental por sus últimas acciones contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Mosul, Iraq. El republicano señaló sobre ese asunto que tanto Estados Unidos como la Coalición Global (integrada por casi 40 países) están orgullosos de quienes combatieron hasta el último minuto por desplazar al EI de la segunda ciudad iraquí más importante.
Oriente Medio fue el destino de Trump en su primera gira exterior como presidente de Estados Unidos, demostrando la alta valoración que tiene Washington sobre esta zona. El primer país que visitó el republicano y la gran y costosa comitiva que le acompañó fue Arabia Saudita. Allí el presidente republicano firmó un contrato de venta de armas y equipamiento militar al reino de 110 000 millones de dólares.Con esa suma, los ministerios de Defensa saudita y norteamericano modernizarán las capacidades defensivas del país árabe.
En ese encuentro Trump y el monarca saudí de 81 años iniciaron una cruzada contra el terrorismo e Irán. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, y el de Arabia Saudita señalaron que el objetivo de la visita fue trabajar para fortalecer las defensas del Golfo y parar la influencia regional de Teherán.
Estados Unidos, lejos de solucionar los focos de tensión, los atiza para asegurarse un puesto en la cadena de su complejo militar industrial. Si Washington controla a Irán, brindándole todo el apoyo a Arabia Saudita, se asegura un lugar bien posicionado en la geopolítica de Oriente Medio.