Vietnam avanza hacia el crecimiento económico
Vietnam, la singular y milenaria nación del sudeste asiático se ha propuesto crecer casi un siete por ciento en el año 2018, lo cual constituiría todo un logro económico para este país. Esta sería la confirmación de un desarrollo ascendente que viven los vietnamitas desde el proceso de apertura en el año 1986. Como China, este país ha apostado al mercado y a la inserción en la economía mundial cada vez más tendiente a la globalización. Esto es fundamental para el logro de los objetivos económicos internos y especialmente para la atracción de inversión extranjera, uno de los pilares esenciales del vertiginoso crecimiento económico vietnamita que lo ha posicionado en la vanguardia de los países en desarrollo.
Luego de los años en que los vietnamitas estuvieron sumidos en constantes guerras internas y con los Estados Unidos, el mundo ha prestado especial atención al desarrollo de los acontecimientos económicos al interior de este país del sureste asiático. Este país prácticamente gobernado por el Partido Comunista al igual que otras naciones como China, ha emprendido un camino hacia la apertura y la economía de mercado en el año 1986. La llamada política de renovación o Doi Moi hizo a los vietnamitas obtener innumerables logros en los más diversos sectores. Según muchos economistas, este país es uno de los que está en la vanguardia del llamado grupo de naciones en desarrollo. Una de las pruebas que demuestra esta afirmación es que los centros de manejo económico de Vietnam han situado su meta de crecimiento económico para el 2018 en nada más y nada menos que un 6.8%. Esta ha sido la noticia que ha despertado el interés de la comunidad económica internacional luego de su publicación por diversos medios de prensa del país asiático.
Increíblemente, para lograr este objetivo, las altas autoridades del país han hecho un llamado a la eliminación de las plantillas infladas y de todos los gastos que no son necesarios. Asimismo, se pretende hacer una revisión del funcionamiento de los órganos estatales y su eficiencia para que sean reorganizados. Al mismo tiempo, se apuesta a buscar formas de crear fondos económicos que permitan aumentar el salario a las masas de obreros y obreras del país. Ello reviste de una especial importancia, pues contribuirá a fomentar el consumo interno y la creación de cada vez más negocios y empresas que abastezcan ese consumo para sí crear cada vez más encadenamientos productivos que propicien la movilidad de los capitales y desarrollo económico interno de la sociedad vietnamita.
Casi todos estos países asiáticos padecen un problema común y es la abismal diferencia existente entre el campo y la ciudad. Vietnam no es la excepción en este sentido. Por ello, también se incluye dentro de la agenda económica la reducción de la pobreza al interior del país en las zonas rurales, la creación de más plazas laborales, una mayor mecanización de la agricultura, y la cada vez mayor introducción de los adelantos de la ciencia y la tecnología a la economía nacional.
Como país socialista que afirma ser, Vietnam ha recibido cientos de críticas por su política económica tendiente a la constante liberalización y apuesta al mercado. Como China, este país ha apostado plenamente a la inserción en la economía mundial, cada vez más globalizada y dependiente. De ello da prueba la entrada vietnamita a la Organización Mundial del Comercio en el año 2007 y a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. Igualmente, han manifestado su interés en el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica, de marcado corte neoliberal. En ello es decisivo el interés de la cúpula dirigente de Vietnam de atraer inversiones extranjeras, las cuales son claves para el proceso de desarrollo industrial y para el proceso de crecimiento constante, para el cual ha demostrado tener importantes potencialidades.
