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lunes, 28 de agosto de 2017

Los hombres y la depresión posparto

Por Elayne

La llegada de un nuevo miembro a la familia es un momento muy feliz, sobre todo para la pareja que lo ha concebido. Sin embargo, como es ampliamente conocido, algunas madres sufren lo que se conoce como depresión posparto, cuadro que hace que se sientan deprimidas y tristes. Sobre esto, poco se ha hablado que los hombres también pueden presentar este padecimiento. Han sido muchos los padres que, malinterpretando los síntomas, y al desconocer que están siendo víctimas de depresión posparto, abandonan su hogar.

Aunque no se puede hablar aun en términos estadísticos para conocer que por ciento de los hombres sufren depresión posparto, sí se puede afirmar que esto es cierto. Cuando llega un bebé al hogar, se producen cambios en la situación financiera de la familia y tradicionalmente la sobrecarga en el peso económico va a los hombros del padre. A la vez, el hombre se ve comprometido a doblar su esfuerzo físico, ya que además de cumplir con su jornada de trabajo, deberá propiciar cuidados especiales tanto la madre recién parida como el bebé. En el marco psicológico es conocido que comienzan a generarse una serie de pensamientos como la preocupación de ser capaz de cubrirle la educación a su hijo, proporcionar un seguro para gastos médicos y hasta replantearse la importancia de un seguro de vida para, en caso de que le pasara algo, no dejar desamparado a su criatura.

Otro aspecto que influye muchísimo en esta depresión es que no existe un manual para aprender a ser padre. Algunos psicólogos han comentado que el vínculo materno filial se da de forma natural, pero el paterno hay que cultivarlo. Por ello es que ante los primeros nueve meses prácticamente el padre se siente excluido por el bebé, porque este solamente demanda los servicios de la madre. El padre literalmente siente que su bebé no lo pela y que su mujer ahora está del todo enamorada de su hijo. Todo ello de cierta forma lo hace sentirse en un segundo plano. A pesar de ser consciente que así es como debe de ser, toda esta nueva situación no deja de afectar psicológicamente al hombre. Requerirá una fortaleza emocional para comenzar a influir en la nueva parejita y poder jugar su papel de padre. Para ello necesitará comenzar a imponer sus reglas.

Son muchos los casos en que, por desconocimiento de este padecimiento, los hombres al sentirse mal se van a refugiar en los amigos y en unas cervecitas, lo cual no resuelve nada en lo absoluto. Esta depresión se cura con psicoterapia. Lo más importante es que los hombres conozcan que hay que reordenar las relaciones en el hogar y que es puramente normal que, en los primeros meses del pequeño, su papel se reduce a apoyar a su mujer y proveer las necesidades materiales para la familia. Pasado este tiempo, las cosas cambiarán y su posición ante el bebé será muy similar a la de la madre.