Luisa Ortega, una destitución anunciada
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, fue destituida en lo que ya se preveía como el primer paso de la instalada Asamblea Constituyente del gobierno de Nicolás Maduro. Ortega Díaz, declarada seguidora del chavismo, opinó en contra del camino por el que iba el gobierno de Maduro, y lo declaró como un delito de la humanidad. Por ello el madurismo no le perdonó, y luego de etiquetarla como terrorista y vendida, una vez instaurada la Constituyente, le fueron removidas todas sus funciones. Con ello, le obligan también a permanecer en el país, y le fueron embargadas todas sus posesiones. En su lugar, fue puesto como fiscal, el oficialista Tarek William Saab.
Era un dominó hablado. La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, sabía que al posicionarse en contra del gobierno de Nicolás Maduro, esto le costaría su puesto, una vez instalada la Asamblea Constituyente. En efecto, Ortega Díaz fue destituida, sus bienes embargados, no podrá salir del país, y será sometida a un proceso penal. En su lugar, ya está ubicado el oficialista Tarek William Saab, llamado por el gobierno como “el poeta de la Revolución”. Pese al acoso, Luisa Ortega, que todavía se considera chavista, firma sus comunicados como fiscal general, y reafirma que no se rendirá, y seguirá luchando contra el camino tomado por el gobierno madurista. «Les ratifico que en Venezuela está en pleno desarrollo un golpe contra la Constitución promovido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ejecutivo Nacional. Ese es el único nombre del proceso que vivimos en estas horas y que debe alarmar a la comunidad internacional», dijo Ortega, quien al inicio de la idea de la Constituyente la declaró como un acto de lesa humanidad.
La Constituyente dentro de sus primeros pasos dados, eliminó el Ministerio Público y comenzó su reestructuración a conveniencia, pues ahora la Asamblea tiene poderes plenipotenciarios. Ortega asistió a un día “normal” de trabajo, pero tuvo que abandonar el edificio donde trabajaba, luego de ser agredida. Ortega es non grata para el gobierno luego que se opusiera de a lleno a la Constituyente, referenciado que la promovida por Hugo Chávez, en 1999, era la única posible en el país. Por ello también desconoció al Tribunal Supremo de Justicia, pues considera que los magistrados ubicados a dedo no son legítimos. «Venezuela y el mundo están conscientes que ustedes son los principales responsables de este golpe contra la institucionalidad de Estado y como tal asumirán ante la historia las consecuencias de esta destrucción de la democracia venezolana», le dijo al Ejecutivo nacional, la otrora fiscal. «Nosotros apenas somos una muestra ínfima de lo que viene para todo aquel que se atreva a oponerse a la forma totalitaria de gobernar», escribió en el comunicado. Ortega defiende la constitucionalidad de Venezuela, y es una abierta opositora de la intentona gubernamental de sustituir a la democráticamente electa, Asamblea Nacional.
La propuesta para destituir a la fiscal Ortega, salió como iniciativa de Diosdado Cabello, uno de los constituyentes más conocidos e influyentes en el gobierno de Maduro. «Esto no es un acto de linchamiento. No vamos a linchar a nadie, vamos a aplicar la ley, la justicia», dijo Diosdado Cabello en la primera sesión de la Constituyente. Inmediatamente de anunciado eso, la Guardia Nacional rodeó el Ministerio Público y prohibió la entrada de Ortega. Ortega se aferró a su postura, diciendo que luchará hasta su último aliento y desde el lugar que le toque, que habrá que liberar a Venezuela de la ilegalidad, el hambre, la oscuridad y la muerte, en referencia clara a la crisis socio-económica que vive el país sudamericano, y que ya ha cobrado la vida de más de 120 personas.