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domingo, 3 de septiembre de 2017

Cuba no es interés de Trump

Por LauraB

Las presiones de los congresistas cubanoamericanos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respecto a la política con Cuba no tuvieron ningún efecto. Luego del aspaviento y el show político que montó el republicano cuando anunció algunas restricciones sobre las relaciones con la isla caribeña no ha salido el tema. El magante neoyorquino anunció en Miami que restringiría algunas de las categorías de los viajes de los ciudadanos estadounidenses a Cuba y otras medidas de carácter económico. Las leyes estadounidenses establecen que para venir a Cuba los americanos tiene que formar parte de 12 categorías contempladas por el Gobierno de Estados Unidos.

Las mismas abarcan desde asuntos religiosos hasta actividades educativas para fomentar el intercambio entre los dos pueblos. El anuncio demostró que el asunto Cuba no es prioridad para la política exterior de ninguna de las administraciones que han pasado por la Casa Blanca.

Muchos consideraron un retroceso respecto a lo avanzado por su antecesor Barack Obama. Mas, en el fondo, Trump hizo más bulla que otra cosa respecto al proceso iniciado para normalizar los vínculos entre Washington y La Habana. Estos fueron rotos por el país norteño a inicios de la década de los años 60 del pasado siglo.

Un retroceso fue la prohibición de los negocios con los militares cubanos. Sin embargo, esto es solo una parte del empresariado cubano. Trump mantuvo las relaciones diplomáticas plenas. Aunque el presidente de Estados Unidos dijo que la actual política hacia Cuba era un mal negocio, pero que ha mantenido.

Al parecer Trump tiene claro que un retroceso de la política hacia Cuba aislaría aún más a Estados Unidos y perjudicaría sus intereses empresariales. Investigaciones de centros pensantes norteamericanos señalan que una reversión de las políticas de la administración previa hacia Cuba costaría a la economía estadounidense 6 mil 600 millones de dólares y afectaría a más de 12 mil empleos en esta nación.

No creo que en lo queda de año Trump deshaga algo de lo alcanzado durante la presidencia de Obama. Hace tres años el ex presidente estadounidense inició un diálogo con Cuba después de más de medio siglo de hostilidades. La apertura hacia el territorio caribeño posibilitó un flujo más libre de personas, bienes e información entre los dos países; y produjo acuerdos bilaterales sobre temas como cooperación sanitaria, mitigación de derrames de petróleo y lucha contra el narcotráfico.

Una vuelta atrás en la postura hacia Cuba sería una decisión tonta por parte de Trump y un mal asesoramiento en política exterior.