El misterio de la Casa de las Cadenas
Cientos de leyendas rodean a casas que por determinadas circunstancias quedaron abandonadas o se presumía que ocurrían sucesos extraños. Tal es el caso del Museo de Arte Contemporáneo de Toledo en España. Este surgió en marzo de 1975, situado en el número 15 de la calle de las Bulas, en el barrio de las Juderías de Toledo. En esa calle, se encuentra el museo antes mencionado, más conocido como la Casa de las Cadenas. La leyenda cuenta que en el inmueble vivía un judío converso de nombre Ismail, muy hábil labrando el hierro. Los pedidos fueron aumentando y fundamentalmente de cadenas, teniendo en cuenta que la guerra en Granada continuaba. Sin embargo, la situación política fue cambiando, los Reyes Católicos fueron ganando terreno en Granada y paulatinamente los cristianos liberados por las tropas cristianas comenzaron a regresar a la ciudad. Uno de los liberados trajo las cadenas con las que estuvo prisionero en las cárceles nazaríes, y los ciudadanos reconocieron los sellos y el diseño de las creaciones del judío converso de Toledo.
Cientos de leyendas rodean a casas que por determinadas circunstancias quedaron abandonadas o se presumía que ocurrían sucesos extraños. Tal es el caso del Museo de Arte Contemporáneo de Toledo en España. Este surgió en marzo de 1975, situado en el número 15 de la calle de las Bulas, en el barrio de las Juderías de Toledo. El centro alberga pinturas, dibujos, grabados, litografías y esculturas de artistas de los siglos XIX y XX. Con respecto a su construcción, es un vivo ejemplo de la arquitectura privada bajomedieval toledana.
Pero la historia que se ciñe sobre sus paredes se remonta a las luchas en Castilla entre los moros y cristianos. En ese barrio en el año 1492, previo a la expulsión de la comunidad judía, se asentó en el siglo XIV, un vecindario cristiano en las casas abandonadas por algunas familias judías tras algunas revueltas antisemitas y los asaltos sufridos durante la guerra civil de los Trastámara, conflicto entre los partidarios del rey Pedro I de Castilla (llamado el Cruel por la nobleza y el Justiciero por el pueblo llano) y los partidarios de Enrique II de Castilla.
En esa calle, se encuentra el museo antes mencionado, más conocido como la Casa de las Cadenas. La leyenda cuenta que en el inmueble vivía un judío converso de nombre Ismail, muy hábil labrando el hierro. El herrero creaba rejerías, aldabones de las portadas toledanas y algunos de los más famosos aceros toledanos, que estaban destinados a los caballeros que luchaban contra los moros al sur de Castilla.
Ismail tenía los sótanos de la casa como taller para su trabajo, tras amplios muros que ocultaban el trabajo las curiosas miradas de los vecinos. Los pobladores comentaban que la casa no era propia de un judío converso, sin saber que esta le fue otorgada por un caballero en retribución por trabajos realizados. Los pedidos fueron aumentando y fundamentalmente de cadenas, teniendo en cuenta que la guerra en Granada continuaba.
Durante meses, la fragua y el intenso martillear del metal no se detuvieron en la casa del converso. Los vecinos observaban cómo, a altas horas de la madrugada, salían carros cargados de pesadas cadenas, con el ruido de las ruedas chocando contra el empedrado durante la noche toledana.
Sin embargo, la situación política fue cambiando, los Reyes Católicos fueron ganando terreno en Granada y paulatinamente los cristianos liberados por las tropas cristianas comenzaron a regresar a la ciudad. Uno de los liberados trajo las cadenas con las que estuvo prisionero en las cárceles nazaríes, y los ciudadanos reconocieron los sellos y el diseño de las creaciones del judío converso de Toledo.
De acuerdo con algunos datos el creador de las cadenas fue ajusticiado pero no existen registros que puedan dar la certeza. Sin embargo, actualmente se conservan las cadenas que cuelgan de los muros del monasterio de San Juan de los Reyes.
Si bien la leyenda es muy difundida, otros más escépticos plantean que, los documentos catastrales del siglo XVIII sitúan la propiedad del inmueble a los Zárate. Al parecer podían dar cierto asilo o protección como lo tenían los templos. Tal privilegio era visible con una cadena colocada en el zaguán y que se mantuvo allí hasta principios del siglo XX. Esta es la otra explicación del nombre de esta casa y posterior museo.
Un acuerdo municipal de 1973 aprobó la cesión de la casa a la Dirección General de Bellas Artes, para albergar el Museo de Arte Contemporáneo, que abrió sus puertas en 1975. El museo se mantuvo abierto hasta el 2001, año en que la casa fue declarada Bien de Interés Cultural. Sin embargo, casi siempre con escasos visitantes, fue cerrado para reparaciones. En marzo de 2015 fue inscrito como bien del patrimonio municipal, pero aún sus puertas permanecen cerradas.