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lunes, 18 de septiembre de 2017

Irma se llevó por delante las pocas casas de Cuba

Por Eme

Después de que el huracán Irma causase estragos en los viejos edificios de La Habana y matase a cuatro personas por los desplomes de los mismos, las autoridades de la ciudad dijeron que estaban resolviendo las necesidades habitacionales de la capital. Una cuarta parte de los edificios de la ciudad están en mal estado o calificados de regular, según las autoridades de la provincia de vivienda, las causas son debido en gran medida a un clima tropical extenuante, a la falta de mantenimiento adecuado y al paso del tiempo. Irma no habría sido tan mortífera si las autoridades hubieran tocado a tiempo el tema de la vivienda.

Euclides Santos, director provincial de la vivienda en La Habana, dijo que la ciudad había puesto en marcha una estrategia en 2012 para reparar viviendas y proporcionar viviendas nuevas, aunque la falta de recursos dificultara el cumplimiento de sus metas. Alrededor de 50 mil familias, en la capital de Cuba estaban necesitando nuevas viviendas, dijo. "Hemos entregado 10.000 hogares hasta ahora a personas en refugios, lo que significa que el programa está logrando resultados", dijo el dirigente, señalando que la ciudad casi había duplicado el gasto anual en construcción en ese momento a alrededor de 185 millones de pesos cubanos, equivalente a unos 7,7 millones de dólares.

Algunos cubanos habían estado esperando en refugios comunales por más de 20 años al inicio del programa, dijo Santos, señalando la crisis económica que atravesó Cuba después de la caída de la Unión Soviética. El país también ha sufrido el embargo comercial de décadas de Estados Unidos. Pero la realidad es que el paso del Huracán Irma no hubiera sido tan mortífero, si La Habana no presentara esa realidad catastrófica en barrios como la Habana Vieja o Centro Habana.

La Habana se había enfocado primero en proveer hogares para esos cubanos, luego para aquellos que habían estado esperando 15-19 años. Ahora estaba buscando resolver las necesidades de vivienda de aquellos que habían estado esperando 10-14 años. "Hay una estrategia para reducir el tiempo que las familias tienen que pasar en estos lugares", dijo Santos, agregando que alrededor de 7.000 personas residían en los 109 albergues de La Habana. Allí las familias tienen poca privacidad, donde las paredes frágiles o incluso líneas trazadas en el suelo, se utilizan a menudo para dividir lo que serían sus cuartos. Por esa razón, muchos cubanos dicen que preferirían arriesgar sus vidas y quedarse en sus desmoronadas casas que mudarse a un albergue. Otros dicen que preferirían permanecer en hogares existentes en el centro de la ciudad, a pesar de que se están cayendo en pedazos, en lugar de trasladarse a nuevas casas ya que estas, están construidas de mala manera y en muchos casos fuera de la ciudad.

El objetivo de la ciudad era construir 3.000 viviendas al año, lo que habría resuelto entre el 80 y el 90 por ciento de las necesidades de vivienda de La Habana para 2020, dijo Santos. Sin embargo, la falta de recursos significa que sólo puedan construir entre 2.200 y 2.300 viviendas por año hasta el momento. Con los envíos de petróleo barato desde Venezuela, Cuba había conseguido palear al menos su situación energética y de transporte, al menos en alguna medida, todavía insuficiente. La nación insular por su escasez de dinero ha tenido que reducir las importaciones en los últimos dos años y ahora Irma se sumó a esos males. El ojo del huracán no llegó a La Habana, pero sí los vientos fuertes de tormenta tropical y las fuertes lluvias de sus bandas externas, así como una oleada de tormenta que azotaron sus edificios con vista al mar. De ellos casi 200 fueron completamente destruidos.