Madrid quiere coches limpios
Con el objetivo de cuidar el medio ambiente y frenar la emisión de gases dañinos, a partir de 2018 todos los vehículos de servicio de transporte público en Madrid que sean renovados serán sustituidos por modelos ECO (eléctricos y de pila combustible) o Cero Emisiones (híbridos). Pra ello es preciso condiciones, una inversión para poder ejecutarlo y hacer que la ley se cumpla. Al respecto, los taxistas han manifestado que necesitan un mayor número de puntos de recarga de los combustibles alternativos y más ayudas directas o indirectas para el sector.
De acuerdo con la Federación Profesional del Taxi, en la capital española actualmente hay entre 60 y 70 surtidores de gas licuado de petróleo (GLP) y sólo ocho de gas natural comprimido (GNC), dos de las fuentes de energía que serán permitidas una vez entre en vigor la nueva normativa. Voceros del gremio como Jesús Fernández, su vicepresidente, destacan la insuficiencia para hacer valer la próxima prohibición de los vehículos contaminantes, y también piden a los fabricantes que sean receptivos y abran el abanico de ofertas para que sean más accesibles los vehículos híbridos y eléctricos.
Por su parte, el presidente de la Asociación Gremial del Taxi, Miguel Ángel Leal, reclama un esfuerzo extra del Ayuntamiento en la concesión de subvenciones para la renovación de la flota, que este año ha contado con una partida de 1,5 millones de euros porque los coches “limpios” son un 40% más caros que los que utilizan diésel. Según los cálculos del sector, las ayudas que reciben del conjunto de las administraciones apenas cubren el 6 o el 7% de la factura del concesionario.
Actualmente la flota completa de vehículos que presta el servicio de taxi en Madrid, es de unas 15 723 unidades, y de ellas un 36,47% cuenta ya con la etiqueta identificativa ECO, mientras que solo un 0,18% son modelos Cero Emisiones. Al ritmo de renovación de la flota, aproximadamente unos 2500 coches al año, se calcula que para 2023 en Madrid no circulen vehículos contaminantes. Para alcanzar este ambicioso objetivo, incluido en el Plan A de Calidad del Aire, a partir del 1 de enero de 2018 el servicio de taxi no podrá permitir el ingreso de un nuevo vehículo si se comprueba que es contaminante, los demás se irán sustituyendo gradualmente; excepto los adaptados a personas con movilidad reducida (eurotaxis), debido a su limitada oferta comercial.
Pero la tarea no es fácil, y al respecto la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha reconocido que llevarla a cabo supondrá un importante esfuerzo del sector con el objetivo común de ofrecer a los ciudadanos un servicio respetuoso con la calidad de aire.
En la actualidad, los vehículos del servicio de taxi suman solo el 4,9% de la flota total de la ciudad de Madrid; sin embargo originan el 9,3% de las emisiones de óxidos de nitrógeno y el 8,8% de las de dióxido de carbono procedentes del tráfico rodado en la almendra central. Esto se debe a la utilización masiva del combustible más contaminante de todos: el diésel convencional.
Paralelamente a la introducción de energías limpias, el Ayuntamiento intentará reducir la gran proporción de viajes que realizan los taxis en vacío. De esta manera, a partir de 2018 se les permitirá aparcar en las zonas azules del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), siempre y cuando permanezca el conductor dentro con la luz verde encendida, tal y como figura en el borrador del Plan A de Calidad del Aire, cuya aprobación definitiva está prevista para este mes. Además, se incrementará en un 15% el número de plazas habilitadas en paradas específicas; mientras, se establecerán sistemas para conocer la disponibilidad y se impulsará un procedimiento de reserva y llamada eficaz y universal.
