Peña Nieto no puede frenar la criminalidad y la violencia
En declaraciones, el presidente de México, Enrique Peña Nieto dijo este sábado 1ro de septiembre que la seguridad es la más alta prioridad de su gobierno. La afirmación fue hecha en su informe anual de gobierno, en medio de un país en el que la violencia ha crecido de tal manera que ha opacado su quinto año en funciones, incluso las estadísticas indican que los resultados de la lucha contra el crimen han caído de manera significativa. Los asesinatos superan incluso a los del gobierno del expresidente Felipe Calderón y, de seguir la tendencia, la administración terminará como una de las más violentas de la historia contemporánea.
Durante su reporte, el mandatario dijo que se han registrado avances en lo referido a la reforma educativa, así como en proyectos de infraestructura, señalando también que los tres órdenes del gobierno están llamados a redoblar esfuerzos y que aún queda mucho qué hacer, pues reconoció que el nivel de violencia se encamina a ser el peor en el país en muchos años. Sin embargo, los asesinatos durante la era de Peña Nieto representan el 25 por ciento del total de los homicidios registrados de 1990 a 2016, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El mes de enero del presente año ha sido el de más ejecutados en lo que va de su administración a partir de diciembre del 2012, con 3 mil 7 muertos con violencia. Según señalan bases de datos de la Secretaría de Gobernación, de Procuradurías de Justicia estatales y los reportes de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de ese país, en lo que va de gobierno, y sin contar el número de desaparecidos, suman ya 90 mil 694 muertes violentas, vinculadas la mayoría con el crimen organizado.
El crimen organizado y el narcotráfico son de las estructuras que más influyen en la violencia en ese país, con la presencia de carteles y el enfrentamiento entre estos y la incapacidad del Gobierno Federal de investigar, resolver, detener y desactivar estas estructuras criminales, dado, también entre otros factores, por la ausencia de una evidente política integral de combate a la inseguridad.
El presidente defendió los esfuerzos de su gobierno por enfrentar el crimen, destacando que las autoridades han neutralizado 107 de los 122 delincuentes más peligrosos de México. Sin embargo, la cifra de homicidios de ese país va en camino a superar este año la etapa más sangrienta de la guerra contra el narco inciada por su predecesor Felipe Calderón, pues solamente en este año ya se ha registrado un aumento del 31 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.
Peña Nieto responsabilizó a los gobiernos locales y estatales, señalando que una significativa parte de estos asesinatos están relacionados con delitos comunes y no con el narcotráfico y los carteles. Sin embargo, las cifras ofrecidas por su oficina indican que los esfuerzos estatales por combatir e crimen organizado y el narcotráfico no son tampoco muy halagüeñas. Las cifras sobre medidas contra el tráfico de estupefacientes señalan que la extensión del área vigilada mediante aviones del ejército disminuyó en un 51 por ciento del 2015 al 2016, y la extensión cubierta por la Armada bajó 72 por ciento.
Además del tema del crimen y la violencia en el país, el mandatario abordó lo relacionada a la postura de su homólogo estadounidense Donald Trump, señalando que no aceptarán nada que vaya en contra de su dignidad como nación. Además, envió saludos a los hijos de inmigrantes, mexicanos en su mayoría, que fueron llevados a Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños y que se encuentran acogidos a un programa federal que suspende sus deportaciones y que el presidente Trump planea modificar o rescindir.
