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martes, 31 de octubre de 2017

El descontrolado y nocivo mundo de un periodista

Por Diana M.

Ya en las últimas semanas circularon algunas “listas” en la red identificando al periodismo como una de las profesiones más estresantes. Ahora un estudio del London Press Club, lo corrobora. “Los hombres y mujeres que ejercen este oficio son más propensos a mal genio y a una incapacidad para resolver problemas complejos”.

Ingesta de café en exceso, tiempo límite para comer, sueño limitado, poco tiempo para el descanso o el placer hacen de los periodistas uno de los profesionales más agitados y estresados de hoy. En una pequeña muestra de 90 periodistas, analizados durante 3 meses continuos, la neurocientífica Tara Swart concluyó que los periodistas beben en exceso, suelen estar deshidratados, duermen mal y no pueden hacer una pausa ni siquiera de 12 minutos para meditar.

Sin embargo, en contraste a estas conclusiones, se notó también que a situaciones complejas como los bajos salarios, plazos constantes y altos niveles de rendición de cuentas, reaccionaban con estrés mínimo, siendo más capaces para afrontar estas situaciones que banqueros, comerciantes, y ejecutivos de ventas. Ello se debe a que los del oficio de la palabra son personas que cultivan la resistencia y la productividad.

Eso sí, los problemas para conciliar un sueño profundo y reparador son recurrentes. El alto consumo de alcohol y cafeína provocan el fenómeno. Solo el 10% de los mayores de 35 años recuperaban el sueño adecuadamente; menores de ese rango sufren de insomnio habitual.

En cuanto a sus fortalezas, los periodistas obtuvieron altos puntajes en: 

Abstracción: Muestran gran capacidad para hacer frente a ideas en lugar de acontecimientos. Son capaces de pensar con originalidad, y establecer conexiones que para otras personas son invisibles.

Otorgamiento de valor: Tienen la capacidad de identificar si algo es una prioridad, o si tiene significado. Ello indica una buena capacidad para tamizar a través de la información, y saber discernir lo que es importante de lo que no.

Sin embargo, obtuvieron baja calificación, según el estudio de la del London Press Club en aspectos como:

Función ejecutiva. Sugieren falta de sueño, mala nutrición, falta de ejercicio y de atención. Muchos de los participantes informaron que no tenían tiempo para descansos durante el trabajo.

Silenciar la mente: Esta capacidad de tener pensamientos sin distraerse por ellos, o poder de concentración, es casi nula en los periodistas. Los periodistas tienen dificultades para evitar preocuparse por el futuro, o lamentar el pasado.

Sin dudas es una profesión fascinante, pero los riesgos propios del ejercicio, unido a los hábitos nocivos que adquieren los del gremio casi como de escuela, la convierten en nociva para la salud física, y por qué no, hasta mental.