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jueves, 26 de octubre de 2017

La heroína toma el control de Estados Unidos

Por Nilyam

El azote de las drogas en Estados Unidos ha alcanzado dimensiones desproporcionadas. Recientemente se dio a conocer que las cifras de ciudadanos estadounidenses que han muerto debido a sobredosis de heroína se multiplicaron por cuatro entre 2010 y 2015, un periodo que solamente abarca cinco años. La información sale a la luz pública en el contexto de una escalada que ha llevado al gobierno a declarar esta crisis como una emergencia nacional, algo que no había ocurrido nunca en la historia de ese país y que evidencia la gravedad de la situación que afecta a su sociedad, especialmente a los más jóvenes.

 

Según datos del último informe anual de la Agencia Antidroga, las muertes se situaron en un récord de 12.898, lo que representa un salto del 328% respecto al balance de tan solo cinco años atrás. El azote de la droga, potenciado por las prescripciones médicas excesivas, los opiáceos sintéticos y la heroína, ha alcanzado los niveles de epidemia. La DEA tiene ahora en su punto de atención al fentanilo, un opiáceo que puede ser 50 veces más potente que la heroína. Los carteles de México siguen siendo los suministradores más importantes de la droga en suelo estadounidense y la Agencia Antidogra vaticina que es una situación que no cambiará a corto plazo amén de la caída de figuras como El Chapo Guzmán, en su día el mayor traficante del mundo.

Es así que el 93% de la heroína que Estados Unidos incautó en 2015 provenía de México. En tanto, los traficantes colombianos siguen siendo los grandes productores de cocaína, control que se estima se incremente en los próximos años debido al aumento de las plantaciones. Pero el problema de la producción también se encuentra dentro del propio territorio norteamericano, pues el cultivo de opio se ha disparado en los últimos años en el país, hasta acumular una superficie de 32.000 hectáreas en 2016. Esto representa un potencial de producción de 81 toneladas métricas de heroína, o sea, el triple que tres años antes.

La Administración de Trump ha prometido declarar una situación de emergencia nacional por la droga como si se tratase de enfrentar los efectos de un terremoto o un ataque terrorista, un anuncio sin precedentes en la historia de Estados Unidos, aunque sí lo habían hecho algunos estados de forma individual. Para hacerlo, el mandatario puede optar por la vía de la ley de Servicios Sanitarios Públicos o por la llamada Stafford Act, que autoriza movilizar recursos ante desastres naturales. La opción de la vía sanitaria implica que el secretario interino de Salud, Don Wright, declare la emergencia y así poder concentrar los recursos disponibles para enfrentar la crisis de la droga en algunas zonas o facilitar la prescripción de medicamentos contra la adicción, entre otras medidas que pudieran implementarse.