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lunes, 16 de octubre de 2017

La Tierra, en amenaza por una tormenta solar

Por javier91

Una tormenta magnética provocada por el viento procedente del Sol puede afectar el próximo viernes la salud de las personas y los equipos electrónicos, alertó el centro meteorológico ruso Fobos. Esta tormenta se extenderá hasta el sábado14 de octubre, pero los expertos ha predicho que el campo magnético terrestre podría sufrir alteraciones hasta el domingo 15, señala el comunicado de la institución. A propósito de ello, ese acontecimiento podría provocar fallos en dispositivos electrónicos y aumentar el riesgo de accidentes, apuntó Fobos. También, añade el reporte, podría afectar a los equipos de navegación y telecomunicaciones. Asimismo, los especialistas advirtieron que las personas sensibles a estas situaciones meteorológicas pueden sentir molestias físicas, desde dolores de cabeza hasta nerviosismo, irritabilidad, agotamiento o ansiedad.

 

Por eso, consideran que aunque la tormenta magnética no se puede evitar, es posible predecir su llegada a nuestro planeta para aminorar los posibles daños a la población y a la economía. La tormenta, tiene una magnitud 4 en una escala de 10. Asimismo, el campo magnético terrestre podría sufrir alteraciones desde el 12 y hasta el 15 de este mes. Si bien esta incidencia no afectará al clima, podría provocar fallos en los dispositivos electrónicos de navegación o telecomunicación y, por tanto, aumentar el riesgo de accidentes

Una tormenta magnética es fruto de la reacción de nuestro planeta a las erupciones del Sol, que nos llegan en forma de viento solar. Así, el sol expulsa miles de millones de partículas, que son capaces de llega a la Tierra al cabo de pocos días. La magnetósfera —el campo magnético terrestre— minimiza los efectos de este fenómeno para que ese plasma solar no produzca "efectos catastróficos" y los seres humanos "siempre coexistieron con las tormentas magnéticas, incluso cuando desconocían "la actividad solar y el campo geomagnético" de nuestro planeta, explicó el astrónomo Serguéi Popov. Resulta imposible predecir con exactitud la manera en que esa tormenta nos puede afectar" y asegura que, para estar más seguro, hay que tener en cuenta tanto su magnitud como "la temperatura ambiente y la presión atmosférica" durante los días que dure el fenómeno.

Este tipo de fenómeno no daña a personas, animales o plantas. No quema, ni nada, ni explota, ni nada similar. No puede exponer a radiaciones de tipo ionizante. No eleva las temperaturas, ni desata tormentas, ni vientos huracanados. No contamina, ni produce enfermedades. No produce terremotos, maremotos ni tsunamis, ni afecta la rotación terrestre. No afecta ningún aparato desconectado de la red eléctrica ni a vehículos terrestres. No derriba aviones en vuelo, ni hunde embarcaciones. No afecta los marcapasos ni a los dispositivos médicos desconectados de la red. No estropea las brújulas tradicionales. En muy contadas ocasiones, sin embargo, pueden llegar a producir efectos de inducción electromagnética muy similares a un EMP (pulso electromagnético por sus siglas en inglés) que incluso podrían llegar a dañar las redes e infraestructuras eléctricas, sistemas satelitales y de GPS. Pero nunca a las personas, salvo los astronautas situados fuera de la protección que nos da la tierra y que cuentan con medidas específicas.

Los científicos también sabían del impacto que tienen las tormentas solares, ocasionadas por erupciones en la superficie solar y que envían enormes cantidades de partículas cargadas energéticamente hacia nuestro planeta (también denominadas viento solar), sobre el funcionamiento de diferentes aparatos electrónicos utilizados en las telecomunicaciones, como los satélites que orbitan la Tierra. Ahora, una nueva investigación llevada a cabo por el instituto de investigación espacial DTU (Dinamarca), el Laboratorio de Propulsión de Reacción de la Nasa y de la Universidad de Illinois, y publicado en la revista Radio Science, encontró que la ionósfera –una zona de la atmósfera terrestre ubicada a más de 80 kilómetros sobre la superficie del planeta–, además de recibir electrones durante las tormentas solares, también los pierde de manera considerable. “Esto ocurre debido a que el campo magnético creado por la erupción en el Sol interfiere con el de la Tierra, como si lo abriera, permitiendo que los electrones penetren en la atmósfera. Este es un fenómeno conocido, pero sucede que los electrones al mismo tiempo que llegan, desaparecen de vastas áreas, lo que, hasta el momento, no había sido demostrado”, explicó la Universidad Técnica de Dinamarca.

“Hicimos medidas relacionadas con una tormenta solar sobre el Ártico en el 2014, y encontramos que grandes cantidades de electrones son, prácticamente, aspiradas de superficies que se extienden desde 500 a 1.000 kilómetros. Esta situación ocurre en un área con incrementos significativos en la densidad de electrones, conocidos como parches”, indicó el profesor Per Høeg, del instituto DTU, quien agregó que es un descubrimiento que no anticipaban: “Podemos ver qué pasa, pero aún no sabemos por qué”.