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jueves, 12 de octubre de 2017

La verdadera historia de los cigarrillos eléctricos

Por javier91

Si los fumadores hicieran la transición al cigarrillo electrónico, en diez años podrían evitarse hasta 6,6 millones de muertes tempranas, afirmó un estudio publicado en la revista Tobacco Control. Según sus autores, el conjunto de personas salvadas por el cambio del cigarro tradicional al otro dispositivo, vivirían un total de hasta 86,7 millones de años extra. Los expertos esperan que el hallazgo ayude a la comunidad de salud pública de Estados Unidos a desarrollar una estrategia para llegar al fin de los cigarrillos. 'Las políticas antiguas deben ser complementadas con políticas que alienten el sustituir los fatales cigarrillos por cigarrillos electrónicos', comentó el coautor del trabajo, David Levy, de la Universidad de Georgetown.

Añadió que además de las vidas salvadas, habrían tremendos beneficios de salud como una reducción de la discapacidad por enfermedad para los fumadores, menos dolor y sufrimientos y una menor exposición al humo indirecto, dijo Levy. El estudio determinó el peor y el mejor escenario y formuló posibles resultados de salud pública en el país norteño si los cigarrillos se cambiaran a electrónicos. Incluso en la peor situación, 1,6 millones de exfumadores de tabaco podrían evitar una muerte temprana, precisó el reporte. Los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco, pero sí líquidos con trazas de nicotina que el usuario inhala.

Últimamente los cigarrillos electrónicos se alzan como una alternativa muy popular para ir dejando la nicotina. Estos artefacos han sido fabricados por las grandes compañías bajo el eslogan de “dejar de fumar es posible”, se están comercializando a pasos agigantados convirtiéndose de pronto en un fenómeno de masas donde los famosos, se nos aparecen ya con esos llamativos cigarrillos de atractivos colores que todos ansían tener. Disponen de llamativos diseños, funcionan mediante un mecanismo donde el usuario se limita a aspirar el vapor y se venden a precios relativamente asequibles. A simple vista parecen bolígrafos de elegantes diseños. Según las empresas que los comercializan no requieren caladas continuas como los cigarrillos normales, sino esporádicas. Dispone de una batería y atomizador donde se almacena el líquido que se transformará en vapor a su paso por una resistencia, y que las personas inhalan desde la boquilla del aparato. El líquido que se inhala incluye nicotina en distintos niveles, además de propylene glycol, glicerina vegetal y sabores obtenidos de extractos de hierbas o frutas. Una sofisticada tecnología acompañada de luces led y una batería para permitir que tengan autonomía y el mecanismo del vapor siga funcionando.

Recientemente la OMS inició varias investigaciones donde aún quedan algunos aspectos pendientes de confirmación, pero de momento, se concluye con la idea de que los beneficios implícitos para la salud asociados a los cigarrillos electrónicos, son infundados o pueden estar basados en informaciones falsas de las empresas que los comercializan. No ayudan a terminar con la adicción, contienen grandes concentraciones de glicol de propileno, un irritante muy dañino cuando se inhala, es tóxico y puede hacer mucho daño a nuestros pulmones. Otro grupo de investigadores de la Universidad de Atenas, en Grecia, hizo varias investigaciones sobre el uso de cigarrillos electrónicos con diferentes personas no fumadoras, fumadoras y personas fumadoras con la enfermedad pulmonar crónica conocida como EPOC. En todos se demostró un aumento inmediato en la resistencia de las vías respiratorias, disminuyendo el poder conductor de aire y de oxígeno, incrementando además, los problemas de asma.

Los organismos médicos, por su parte, desaconsejan el cigarrillo electrónico para dejar de fumar, porque (aunque en cantidades mucho menores), siguen conteniendo elementos tan nocivos como el tabaco convencional: nicotina, etilenglicol, alquitrán, metales pesados.. etc. Además de ello su vapor dispone de sustancias que en la combustión, genera toxinas que también se dispersan por el aire, las cuales perjudican no solo al consumidor. En conclusión los cigarrillos electrónicos son una estrategia de la industria tabaquera, como lo fueron los cigarros mentolados, o los llamados “light” en su momento, todo ello fomentado por el descenso de consumo del tabaco ante la crisis mundial, las legislaciones vigentes donde se prohíbe ya fumar en muchos espacios públicos, y los cambios de hábitos del consumo de cigarrillos, donde son curiosamente las mujeres quienes están empezando a fumar en mayor medida que los hombres, de ahí que las empresas se esfuercen tanto en crear cigarrillos electrónicos muy elegantes y de atractivos diseños para abrir nuevos mercados y captar clientes, intentando que la espiral de la nicotina no termine nunca.