Las Vegas, motivos para una masacre
¿Qué motivos pudiera tener un hombre para disparar indiscriminadamente contra una multitud? Es la pregunta que se hacen los investigadores de la masacre ocurrida en Las Vegas, Estados Unidos, donde un hombre armado, desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay, disparó contra los asistentes a un concierto. Hasta el momento la cifra de muertos es ya 59, y hay más de 500 heridos. Los agentes del orden están confundidos sobre las posibles motivaciones del asesino, quien fue identificado como Stephen Paddock, un jubilado de 64 años que aparentemente era un ciudadano tranquilo y sin antecedentes penales, que no militaba en ninguna organización extremista.
Paddock, quien se suicidó en su habitación del hotel antes de que la policía llegara, dejó un arsenal de 23 armas, pero ninguna pista clara sobre por qué organizó ese ataque contra una multitud de 20 000 personas. Investigadores federales, estatales y locales no encontraron evidencia de que tuviera contactos con grupos extremistas, tanto extranjeros como nacionales, y las revisiones de su historial no muestran ningún patrón subyacente de violaciones de la ley ni de discursos de odio. Todavía no han descartado enfermedades mentales o algún tipo de daño cerebral, pero tampoco tienen evidencias claras sobre eso.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se apresuró a declarar a los periodistas el martes que Paddock había sido “un hombre enfermo, un hombre demente”. No obstante, se negó a responder a una pregunta sobre si el ataque era considerado como un acto de terrorismo doméstico. Por su parte, funcionarios estadounidenses implicados en la investigación han descartado la reclamación de responsabilidad por parte del grupo militante terrorista Estado Islámico, y dijeron que, por lo que se sabe hasta el momento, Paddock estaba actuando. De acuerdo con la policía, hasta ahora no hay otros sospechosos. Sin embargo, el juez del condado de Clark, Joseph Lombardo, dijo que los investigadores querían hablar con la novia de Paddock y con su compañera de residencia, Marilou Danley, quien dijo que viajaba al extranjero, posiblemente a Tokio. Lo más cerca que Paddock parece haber llegado en la violación de la ley, fue una infracción de tránsito.
Siempre que ocurren ataques como este se aviva en Estados Unidos el debate sobre la posesión de armas, que está amparada por la Segunda Enmienda de la Constitución de ese país. El tiroteo del domingo siguió a la masacre de 26 niños y educadores en una escuela en Newtown, Connecticut, en 2012, y al asesinato del año pasado de 49 personas en un club nocturno gay en Orlando, Florida. El último ataque fue previamente el más mortífero tiroteo masivo en la historia moderna de los Estados Unidos, hasta que ocurrió el de Las Vegas.
Muchos opinan que es necesaria una acción legislativa para controlar estas masacres. Pero la mayoría de los republicanos, que controlan la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso, sostienen que las restricciones a la posesión legal de armas no van a disuadir el comportamiento criminal. “Vamos a hablar de las leyes de armas de fuego con el paso del tiempo”, dijo Trump, quien apoyó fuertemente los derechos de armas durante los discursos de su campaña presidencial.
El debate está abierto, una vez más, en el Congreso. Así, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha dicho que la legislación respaldada por los republicanos para facilitar la compra de silenciadores de armas, apoyada por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), no había sido programada para discutirse en la Cámara. “No sé cuándo se programará”, dijo Ryan. “No podemos permitir que las acciones de una sola persona nos definan como un país. No es lo que somos”. No somos quienes somos. Pero lo cierto es que la NRA es un poderoso lobby que sabe, a través de financiamientos de campaña y otros métodos, influir sobre la toma de decisiones del Congreso en favor de la posesión de armas sin límites.
Por otra parte, los registros públicos en Paddock señalan una existencia itinerante en todo el oeste de los Estados Unidos y el sudeste, incluyendo períodos como gerente de un apartamento y trabajador de la industria aeroespacial. Parecía estar instalándose en una vida tranquila cuando compró una casa en una comunidad de jubilados de Nevada hace unos años. Su hermano, Eric, describió a Stephen Paddock como financieramente acomodado y un entusiasta de los video-juegos, el póker y los cruceros. La policía dijo que 23 armas fueron encontradas en la suite del Paddock en el hotel Mandalay Bay.
En una búsqueda en su coche se encontró un suministro de nitrato de amonio, un fertilizante que se puede transformar en explosivos y fue utilizado en la explosión en la ciudad de Oklahoma en 1995, en un edificio de oficinas federales donde murieron 168 personas. La policía encontró otras 19 armas de fuego, explosivos y miles de municiones en la casa de Paddock en Mesquite, a 145 kilómetros al noreste de Las Vegas.
Obtuvieron una orden para registrar una segunda casa conectada con Paddock en Reno, Nevada. Chris Sullivan, el dueño de la tienda de Mesquite Guns & Guitars, emitió una declaración confirmando que Paddock era un cliente que aclaró los controles de antecedentes, y dijo que su negocio estaba cooperando con los investigadores. Lombardo dijo que los investigadores sabían que un traficante de armas se había presentado para decir que había vendido armas al sospechoso, pero no estaba claro si se refería a Sullivan. Dijo que la policía estaba al tanto de otras personas involucradas en esas transacciones, incluyendo al menos una en Arizona.
