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miércoles, 1 de noviembre de 2017

El exjefe de campaña de Trump no puede salir de casa

Por Diana M.

La justicia estadounidense está cogiendo por las riendas los involucrados en el Rusiagate que persigue la presidencia de Donald Trump. Esta vez fue Paul Manafort, ex jefe de campaña del mandatario, al que se le ordenó reclusión en régimen de arresto domiciliario. Además, le fue fijada una fianza de 10 millones de dólares, en caso de que infrinja las condiciones de su reclusión.

A juzgar de la magistrada, el presunto implicado en la supuesta injerencia rusa en las elecciones del año 2016, solo tiene derecho a salir de su casa para comparecer ante la corte, reunirse con su abogado, acudir a citas médicas o a actividades religiosas. Para asegurarse de que así sea y evitando que el recluso huya o salga del país, le fue retirado su pasaporte.

Durante una audiencia en la Corte del Distrito de Columbia, la jueza Deborah A. Robinson, determinó que también Rick Gates, exsocio de Manafort, tendrá que permanecer bajo arresto domiciliario y depositar una fianza de 5 millones de dólares. Tal cual hizo Paul, a Gates le fue impuesto entregar su pasaporte y prometer que no tramitará uno nuevo mientras dure el proceso judicial.

Paul Manafort se unió a la campaña de Trump en el mes de marzo de 2016, dirigiéndola entre mayo y agosto. Fue entonces cuando tuvo que dimitir tras descubrirse que había recibido 12,7 millones de dólares por asesorar al exprimer ministro proruso de Ucrania Viktor Yanukovych.

A través de sus abogados, tanto Manafort como Gates se declararon NO culpables de los 12 cargos presentados en su contra dentro de la investigación. Entre ellos destacan los delitos de "conspiración contra Estados Unidos" y lavado de dinero.

El Kremlin por su parte, ha negado las presuntas intromisiones en la campaña presidencial estadounidense, en tanto Trump rechaza que haya habido complicidad de ambas naciones durante su campaña. El caso Manafort-Gates contrasta con el de Papadopoulos, exasesor de política exterior en la campaña de Trump, quien SÍ admitió ante el FBI haber tenido conexiones con Rusia durante la época electoral el pasado año.

Paul Manafort es un veterano operador republicano que fungió como cabildero de Washington y asesor político internacional. Sus más antiguos y fieles clientes fueron líderes autoritarios como Ferdinand Marcos de Filipinas y empresarios y políticos rusos y ucranianos. Según afirma Business Insider, la relación entre Trump y Manafort data de la década de 1980, cuando el actual presidente estadounidense contrató a la firma de Manafort para que ayudara a la Organización Trump.