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jueves, 2 de noviembre de 2017

El hambre, una epidemia que sufren 8 millones en el Congo

Por Darío E.

La República Democrática del Congo (RDC) arriba ya a las dos décadas de inestabilidad y violencia, desangrada por un conflicto que ha sido catalogado como el más sangriento después de la Segunda Guerra Mundial. Y no es para menos, el costo ha sido alto: más de cinco millones de muertos. Una cuarta parte de los desplazados del continente africano se encuentran en esta región, y a nivel mundial representan el 9 por ciento. Más de 60 grupos militares irregulares, como el M23, se enfrentan entre sí y contra el ejército oficial del país cometiendo todo tipo de desmanes contra la población civil.

La RDC padece la “maldición de los recursos naturales”. Al ser uno de los países africanos más ricos, grupos económicos y de poder internos y externos, pujan por controlar la economía y las potenciales de la nación. Nadie parece estar interesado en encontrar una solución a la crisis que termine con el sufrimiento y muerte de sus habitantes. La presencia de fuerzas de mantenimiento de paz y agencias humanitarias de Naciones Unidas, es una realidad común para los habitantes de regiones como Kivu Norte, rica en minerales y uno de los escenarios principales de las confrontaciones. Pero estas fuerzas y organizaciones de paz han terminado haciendo bien poco al no poder controlar la situación tan extendida ya en el tiempo. El del Congo es lo que se conoce como conflictos crónicos y cíclicos. Por lo general estos pierden el interés de la agenda mundial al pasar el tiempo, se silencian y dejan de recibir ayuda externa.

Sin embargo la crisis humanitaria permanece y transformar la ayuda en inversión para el desarrollo es sumamente difícil en un contexto de tantos desplazados, que no cuentan con acceso a tierras, carecen de autonomía, viven en frágiles viviendas y dependen de las infra financiadas agencias humanitarias para acceder a los servicios básicos. Recientemente un informe difundido por el Programa Mundial de Alimentos y la FAO alertaron que 7,7 millones de personas padecen hambre el Congo. El estudio advirtió, además, que la situación se agudizó significativamente en el período de 2016-2017, pues el número de personas en emergencia alimentaria aumentó en 1,8 millones, o sea, un 30 por ciento. La situación es manifiesta más crítica en las zonas rurales, donde las poblaciones sufren hambruna aguda, especialmente en Kasai y Tanganyika.

Y es que, como si ya no tuvieran suficientes problemas, la precariedad de las condiciones en que viven los congoleses se ha visto reforzada con la aparición de una oruga que daña las cosechas, más brotes de cólera y sarampión. Conclusión: durante más de dos años los campesinos de las zonas en conflicto no han podido sembrar sus cosechas, por lo que los mercados están vacíos. El llamado de la ONU ha sido a incrementar de forma urgente el envío de suministros de comida, pues de otra forma, poblaciones enterar morirán de inanición.

África , el continente más pobre, es sobrado en ejemplos de estas crisis prolongadas y cíclicas, donde picos de conflictos armados se alternan con períodos estructurales de violencia e inseguridad, aderezadas por interés de todo tipo y bandera.