Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

lunes, 13 de noviembre de 2017

El síndrome del ojo seco: un diagnóstico rápido y seguro

Por Marta A.

Barata y sencilla, son dos de las cualidades de una nueva tecnología que permite el rápido diagnóstico de patologías como el ojo seco, padecimiento que puede ser particularmente irritante para aquellas personas que lo padecen, y que por las horas que pasan frente a un ordenador, por ejemplo, sienten cómo se les agudiza esta dolencia.

Los prometedores resultados para el diagnóstico eficaz y seguro de esta patología ocular son fruto de las investigaciones desarrolladas por científicos del grupo de Óptica, Fotónica y Biofotónica de la Universidad Politécnica de Madrid, expertos que han logrado desarrollar un biosensor óptico, que cuenta además con un método de lectura bien sencillo, rápido y económico, y mediante el cual es perfectamente posible la detección In vitro de material biológico, no solo de modo rápido, sino además económico.

Sin duda una puerta esperanzadora, en medio de un contexto de salud, donde de manera general en todo el mundo ha ido en ascenso la demanda de diagnóstico de disímiles enfermedades de los ojos, a juzgar por el ritmo con que aumenta la lista de clasificación de enfermedades relacionadas con los ojos que en 1992 realizara la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En ese sentido, los investigadores han dado a conocer que los primeros ensayos hasta el momento están indicando su efectividad para el diagnóstico del llamado ojo seco con lágrima de paciente. Pero además, todo apunta a que su uso podría aplicarse a otras patologías e incluso extenderse a ámbitos diversos como el de la agricultura y la alimentación.

Lo cierto es que padecimientos como el conocido trastorno del ojo seco, están contemplados en esa prevalencia que ha crecido en los últimos años. Se trata de una enfermedad cuyos síntomas pueden llegar a ser muy molestos, pues incluyen la irritación del ojo, el enrojecimiento y la fatiga del órgano más complejo en el cuerpo humano, tras el cerebro.

Los signos de la enfermedad pueden ser muchos otros, pero los mencionados son digamos los más relevantes, y sus consecuencias, en los estadios más severos de la enfermedad, pueden cursar con el derrame de la retina y llegar hasta la pérdida de la visión. De ahí que no es algo como para descuidar y resulte tan significativo lograr el diagnóstico precoz de esta patología y ser extremadamente cuidadosos, pues tale síntomas pueden perfectamente confundirse con otras afecciones oculares no relacionadas con el síndrome del ojo seco.

A favor de los médicos, para poder sortear con éxito el enmascaramiento de la enfermedad, los expertos explican que por fortuna, este desorden ocular también se manifiesta a través de la composición de la lágrima, pues provoca que determinadas concentraciones de proteínas varíen.

De acuerdo con los especialistas, dichos índices, llamados además biomarcadores, están siempre relacionados con una enfermedad, y en este caso específico corresponde a la del ojo seco. De ahí que un diagnóstico incluye valorar detenidamente este elemento, y justamente en esta área ofrece ventajas el biosensor óptico que ha desarrollado la Universidad Politénica de Madrid, dispositivo que, por demás, es portátil, lo que le permite no solo emplazarse y trasladarse entre las consultas, sino que por su fácil manejo, puede ser manipulado por personal no necesariamente cualificado, lo cual impacta positivamente en los tiempos de espera de las consultas.

Como ventaja adicional, los investigadores mencionaron que el tipo de ensayo que se realiza con el biosensor, no requiere ningún marcaje para amplificar la respuesta (dígase enzimas, fluorófos, partículas de oro…). Esta propiedad es denominada como label-free, y eso significa que los costos de la prueba, en comparación con otros diagnósticos convencionales que sí lo usan, serán significativamente menores.

Con tan solo monitorear la respuesta espectral de la luz reflejada, el dispositivo está en condiciones de determinar la cantidad de moléculas biológicas existentes en la superficie, puesto que su método de lectura está basado en el cambio de propiedades ópticas de estos sensores, una vez se les añade material biológico.

Ello, llevado al contexto de las personas que padecen el síndrome del ojo seco, pone de relieve como obstáculo principal: el volumen extremadamente reducido de muestra que puede obtenerse en estos pacientes, pues no suele alcanzar una cifra superior a los cinco microlitros, lo cual es un desafío para la manipulación y el examen de la muestra. Ojo seco, como su nombre lo indica, es casi nada de lágrima.

Pero los avezados investigadores han conseguido solucionar este problema, mediante la fabricación de una superficie sensora, que posibilita inmovilizar unos bioreceptores o anticuerpos, los cuales son afines a las proteínas objetivo, y que pueden contener muestras de incluso un microlitro, sin que estas se evaporen.

Un aliciente, un apoyo eficaz para cuidar más ese espejo del alma, que son los ojos.