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miércoles, 8 de noviembre de 2017

La autenticidad de un Porsche 987

Por Janet

"Diversión” y “autenticidad”, son las dos palabras que nos vinieron a la mente cuando probamos por primera vez un 987. Palabras que seguramente compartan la mayoría de propietarios de un Boxster. Y es que, desde su llegada en 1996, el Boxster se ha convertido probablemente en el Porsche más lúdico de todos. Es el claro ejemplo de coche con el que se disfruta al 100% en cualquier circunstancia de conducción y que atrapa a todos los que lo conducen. A su look, a su concepto Roadster y a su comportamiento, se le añade ahora un precio muy atractivo y sus diseños son muy difíciles de no mirar.

Esta unidad es de octubre del 2005, por lo tanto, se trata de una de las primeras unidades del Boxster 987. Uno de sus atractivos, aparte de ser manual, es su combinación de color, blanco exterior con beige interior, muy elegante. De pie y mirándolo, a varios metros de él, nos gusta mucho su encantadora discreción. Es precioso, es un Porsche, no lo olvidemos, y no llama demasiado la atención ni tampoco crea muchas envidias. Eso es claramente algo de lo que no pueden presumir otras marcas.

Y esta discreción quizás se da más en un modelo como el Boxster, y más concretamente en la generación 987 (986 quizás también). Sus líneas son suaves, a diferencia por ejemplo del 981 que es más musculoso o del 718, que es algo más anguloso. En el 987 las líneas son más planas, más sutiles, muy al estilo también de su coetáneo 997. Es por eso por lo que gusta tanto a la mayoría de gente, porque sigue el diseño propio de la marca sin buscar rasgos muy marcados que otras marcas tienden a veces a exagerar. En su carrocería no hay nada que desentone y su blanco inmaculado sólo se rompe mágicamente por su tapicería beige y por sus ópticas traseras rojas. Incluso sus llantas de serie (17”) o su salida de escape central bailan en la misma sintonía que el resto del coche.

En el interior quizás encontramos algo más de contraste, pero continúa la tónica de la elegancia. El tono beige del salpicadero, de los asientos, de las moquetas y de los paneles de las puertas contrasta finamente con los tonos grises de las molduras de aluminio, de las manetas o de la consola central. Una consola central que prescinde de navegador, y es que esta unidad prescinde de mucha tecnología que para muchos parece necesaria hoy en día. Para disfrutar al volante de un coche como este, poca cosa más de lo realmente imprescindible hace falta.

Detrás de los asientos, justo en la mitad, encontramos un altavoz. Normalmente viene un pequeño espacio abierto con una malla para guardar pequeños objetos, y opcionalmente también podemos montar un espacio cerrado para evitar que los objetos queden a la vista. En el caso de nuestro Boxster, al llevar el sistema Hi-Fi BOSE® Surround Sound System, en su lugar lleva un Subwoofer de 100w que se complementa con 10 altavoces.

Otro de los extras que vemos es el deflector de aire. Este está formado por tres partes totalmente extraíbles. En la parte cen-tral va una parte de cristal que une ambos arcos de seguridad y evita que notemos los molestos remolinos de aire en el habitáculo, pero adicionalmente también viene con una especie de rejas que se colocan en los arcos de seguridad. Estas, aunque se pueden quitar, podemos dejarlas siempre puestas, pero la parte central de cristal, Porsche recomienda sacarla cuando vayamos con la capota puesta, más que nada por temas de ventilación. En materia de seguridad, el Boxster 987 también está bien surtido. Fue en su época el primer roadster en equipar airbags de cabeza de serie. En los modelos 2006, también empezó a llevar airbags de doble etapa y un sistema de monitoreo de la presión de los neumáticos.

Lo mejor de tener un descapotable es que lo puedas utilizar lo máximo posible como tal. Si algo ha tenido la modernidad, es que ha permitido esto. Antes, cuando aún no había llegado la electrónica a los coches, el ejercicio de sacar la capota manualmente hacía que desistiéramos de hacerlo en muchas ocasiones. Si no lo hacíamos en casa tranquilamente, teníamos que parar, salir del coche y empezar una operación que según qué modelo, nos llevaba un buen tiempo y más aún si queríamos que la capota quedara bien plegada con el fin de no dañar la tela o la luneta de plástico. El abrirla o no también dependía mucho de la climatología y del tiempo del recorrido que fuéramos a hacer. Si no estábamos muy seguros de si llovería o no, simplemente no nos arriesgábamos, y si el recorrido era corto, menos de una hora, no valía la pena perder 10 minutos en sacarla y 10 minutos en ponerla para luego estar 40 min disfrutando.

En cambio, ahora todo esto ha cambiado y abrir o cerrar la capota depende sólo de un botón y de unos pocos segundos. Ahora, podemos ir a buscar el periódico o a comprar los croissants el domingo, y disfrutar de la conducción a cielo abierto, aunque tardemos 10 minutos entre ir y volver. Para abrir la capota de este Boxster, primero deberemos desbloquearla con la maneta que hay en lo alto del parabrisas para posteriormente abrirla de forma automática con el botón situado en el túnel central, justo al lado del freno de mano. Esta operación, como novedad en el 987, la podemos realizar en marcha, siempre y cuando no superemos los 50km/h. Fantástico ¿no? Y prácticamente esta misma operación será la que nos permitirá sacar el alerón retráctil.

Este se encarga de disminuir la resistencia aerodinámica del coche y de aumentar el agarre del eje trasero a altas velocidades. De forma automática, este sale cuando superamos los 120km/h y se vuelve a guardar cuando bajamos de los 80km/h. Pero también es posible accionarlo de forma manual mediante un botón que hay en la consola central, justo debajo de la climatización y a la izquierda del botón Sport.