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domingo, 19 de noviembre de 2017

La flora intestinal también necesita cuidados

Por Janet

Se dice que nuestro sistema digestivo se encuentra repoblado por bacterias vivas, la cual es muy conocida como flora intestinal, o microbiota. La mayoría de las bacterias que habitan en nuestro sistema digestivo no resulta dañina para la salud. Los especialistas calculan que el ser humano posee unas 2 mil especies bacterianas diferentes, de ellas solamente 100 pueden ser perjudiciales. Entre las principales funciones de las bacterias o la flora se podría decir que ayudan en el proceso de digestión de los alimentos y en la absorción de sus nutrientes. Aumentan la resistencia a las infecciones. Impiden el crecimiento de bacterias responsables de los trastornos de tránsito.

Son imprescindibles para la síntesis de determinados compuestos, como la vitamina K (esencial en el proceso de coagulación) y algunas del complejo B. Los microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo resultan estimulantes del sistema inmune y permiten que trabaje adecuadamente. Utilizan la fibra de los alimentos para crear ácidos grasos. Además también exhiben efectos colaterales como la producción de gases, responsables del olor característico de las heces. Asimismo, algunas pueden causar infecciones de cualquier gravedad. Teniendo en cuenta las funciones principales que desarrolla la flora intestinal, no hay dudas que su cuidado sea fundamental para gozar de buena salud, y que el sistema inmunológico funcione correctamente. Inclusive, una flora intestinal sana ayuda a aparejar diversas enfermedades, como cáncer de colon, hemorroides, alergias o enfermedades autoinmunes, entre otras. No podemos obviar que existen factores que afectan su correcto equilibrio como: la edad avanzada, el estrés, una dieta deficiente, infecciones por parásitos, incluso tratamientos prolongados con antibióticos.

Son varios los síntomas que dan indicaciones de una flora intestinal dañada, como, tal es el caso de problemas digestivos e intestinales, cuando la flora intestinal se encuentra descompuesta surgen problemas y síntomas digestivos comunes, como hinchazón abdominal y ventosidades. Además pueden surgir cambios de hábitos al momento de dar a cuerpo, se dice que lo más común es que surja estreñimiento; inclusive pueden cambiar períodos de estreñimiento con diarrea frecuente. Asimismo, pueden aparecer alteraciones en las heces Los cólicos intestinales, son otras de las señales de esta enfermedad, suelen surgir más habitualmente molestias y cólicos en los intestinos, que causan dolor en la zona abdominal.

Si disponemos de una flora intestinal dañada o alterada tienden a aumentar las infecciones, ya que las defensas se encuentran debilitadas. Por tanto es necesario adquirir cultura de algunas formas de su cuidado y así evitar todas estas molestias. Concurren hábitos fáciles de seguir para cuidar la flora intestinal, como consumir yogur, alimentos pro biótico y prebiótico los cuales estimulan el crecimiento y actividad de las bacterias en el colon y resulta una opción sencilla, dado que son ricos en microorganismos y bacterias vivas beneficiosas para la flora, por lo cual se recomiendan para fortalecer el sistema inmunológico. Otra cosa fundamental para este cuidado es implementar una dieta rica en alimentos con alto contenido de fibra, por ejemplo, frutas, hortalizas, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

Existen otros alimentos que se pueden ingerir como es el caso de el vinagre de manzana, raíz de jengibre, frutos rojos, aceite o harina de linaza, pimienta de cayena en polvo, tempeh, tofu, miso y la maisena. Todo esto persigue un mismo objetivo, el de rehabilitar la flora intestinal de nuestro estómago y que a su vez este retome en buen estado sus funciones digestivas, de eliminación de toxinas, transformación de los alimentos y transporte a través de la mucosa, por lo que deben consumirse de manera regular los alimentos mencionados, para beneficiar su equilibrio natural.

Los especialistas recomiendan implementar una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras frescas. Consumir alimentos con abundante fibra. Preferir productos pro biótico. Esquivar la ingesta en exceso de proteínas de origen animal, y combinarlas con proteínas de origen vegetal. Beber, como mínimo, dos litros de agua diariamente. Lavarse las manos antes de comer, y luego de ir al baño. Al momento de cocinar, tomar las máximas medidas de limpieza.

Lo más importante es soslayar la administración de antibióticos en forma repetida y sin prescripción médica, pues ello condiciona la destrucción de la flora intestinal, y en consecuencia, el intestino queda desprotegido frente a las agresiones. Recurrir a la fisoterapia para preservar la salud intestinal optar por infusiones de comino, menta, tomillo o hinojo, pero siempre todo esto con pre inscripción médica.