Opioides, el ladrón del gobierno de Donald Trump
Los opioides se están convirtiendo en uno de los principales enemigos del gobierno de Donald Trump. Hace pocas horas el mandatario declaró, una vez más, que el flagelo está causando estragos no solo en las familias y comunidades estadounidenses, sino en los bolsillos de la Casa Blanca a escalas sin precedentes.
El costo económico de la dependencia ascendió a 504 mil millones de dólares durante el 2015. Según un informe oficial del Consejo de Asesores Económicos (CEA) del gobierno, la cifra es más seis veces mayor que lo estimado, y representa aproximadamente el 2,8 por ciento del Producto Interno Bruto del país. La mayor parte del gasto se desglosa en atención médica, justicia penal, y pérdida de la productividad.
Datos preliminares ofrecidos por el propio gobierno, aseguran que en ese propio año 64 mil personas murieron en el país por sobredosis de drogas. De este modo, la sobredosis se colocó como la primera causa de muerte accidental, con picos históricos que sobrepasan incluso las muertes por armas en 1993, el peor año de accidentes viales en 1972, y las 58 mil muertes de soldados estadounidenses en la guerra de Vietnam.
Pero ni siquiera estos son los datos más escalofriantes, el verdadero escándalo radica en el hecho de que no son ni la heroína, ni el crack, ni ninguna otra sustancia ilícita movida por narcotraficantes las que han desatado la epidemia. Todo comenzó con los opioides recetados legalmente por médicos. Al punto que, actualmente, el grupo más afectado es el de hombres blancos de clase media y entre 25 y 44 años de edad. Las estadísticas afirman que entre los años 1999 y 2014, más de 165 mil estadounidenses murieron por sobredosis de opioides legales, casi un 40% de todas las muertes por sobredosis de 2014.
En los Estados Unidos se consumen seis veces más opioides legales por persona que en el resto del mundo; y casi un 80% de los opioides a nivel global. Solamente en el año 2015 se expidieron 227 millones recetas de estos fármacos, el 38% de la población que los consume supera al 31% que consume tabaco, uno de las más clásicas adicciones.
En comunidades rurales donde existen industrias como la minera, donde resultan muy comunes los accidentes de trabajo que puedan generar dolor crónico. En Huntington, West Virginia, de una población de 100 mil personas, al menos 10 mil ya tienen una dependencia a los opioides, con un promedio de 5 a 7 sobredosis diarias. Estudiosos aseguran que incluso, nacen aquí uno de cada cinco bebés con una adicción al opio.
