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lunes, 8 de enero de 2018

El póker tuvo una princesa… pero lo perdió todo

Por Arango

Molly Bloom fue la organizadora de los partidos clandestinos más cotizados y exclusivos de Estados Unidos durante ocho años, hasta que el FBI la detuvo por enriquecimiento ilícito y perdió todo. Debido a ese trabajo fue conocida y reconocida a nivel mundial como la Princesa del Póker. Ahora, su historia parece recobrar vida gracias al director Aaron Sorkin -guionista de The Social Network o la serie The West Wing-quien llevará al cine Molly's game, la historia de Bloom contada por quienes acudían a estos partidos eran reconocidos actores y productores de Hollywood, estrellas deportivas y magnates de Wall Street.

La película está basada en la obra de la propia protagonista en donde describe su transformación desde una sencilla chica de Colorado con gran determinación y ambición, a ser la diva de las apuestas millonarias en las que muchos famosos, como Leonardo DiCaprio o Ben Affleck, siempre quisieron participar. Molly's Game representa el debut en la dirección de Aaron Sorkin. Allí, toda su apuesta es a estructurar la narración a partir de ingeniosos diálogos entre Molly y su abogado (Idris Elba), con el objetivo de que alguien la acompañara durante su viaje a lo largo de la proyección.

En un principio, el director reconoció que el libro no le convenció demasiado para hacer un filme y que fue durante el encuentro con Molly Bloom, concertado por su abogado, cuando descubrió que el material sólo era la punta del iceberg de una historia emocional mucho más profunda. Originalmente, la Princesa del póker era una esquiadora de alta competencia cuya carrera deportiva acabó abruptamente tras sufrir un accidente. Entonces, su destino natural parecía la Facultad de Derecho, pero en cambio terminó organizando partidas de póker para las élites de Hollywood, en las que el acceso era restringido y las apuestas millonarias.

La historia de Molly con el póker comenzó cuando ella tenía 26 años. En Los Ángeles creó un exclusivo club que le brindaba tantos millones de dólares como jamás había imaginado. Al tiempo se mudó a Nueva York, donde creó otro club.

Con el éxito también llegaron los problemas una serie de problemas. En su libro relata que se enfrentó a la mafia rusa, se volvió adicta a las drogas y todos sus bienes fueron incautados. Sin embargo, logró llegar a un acuerdo con la justicia de Estados Unidos y pagar una multa y así evitó pasar cinco años en la cárcel y obtuvo la libertad condicional.