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domingo, 21 de enero de 2018

Las uvas, las mayores enemigas de los niños durante la pasada Nochevieja

Por Steve AM.

¿Cuán peligrosa puede ser la uva con un tamaño tan diminuto? Según un informe de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, los menores de cinco años no deben comer uvas enteras debido al riesgo de atragantamiento o asfixia. El experto Raimundo Gutiérrez Fonseca, ha aconsejado no dar de comer a los niños menores de cinco años las uvas enteras en Nochevieja, pues, según los especialistas ibéricos, esta fruta presenta cualidades en cuanto a su forma y textura, las cuales puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias y, si no se actúa de forma rápida, puede llegar a provocar la muerte.

Por ello, recomiendan no dar a los niños, sobre todo a los menores de cinco años, las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año o, en su defecto, modificar su forma. Es aconsejable, cortar este fruto en varios trozos, quitarles además la piel y las pepitas para de esta forma evitar un episodio de aspiración.

Y es que las uvas tienen un tamaño similar al de la glotis. Son frutas ovaladas, relativamente moldeables y con una piel suave y resbaladiza. Para los médicos, dichas características son las que permiten deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticada, y actuar como tapón en las vías aéreas, impidiendo la respiración.

En un reciente estudio publicado en la revista Nurs Child Young, se aseguraba que las uvas consumidas enteras, con la piel y las pepitas, son la tercera causa de asfixia relacionada con la comida en menores de cinco años.

La mayor parte de los atragantamientos infantiles se producen en niños menores de dos años porque. La explicación es que en esta franja de edad aún no tienen los dientes desarrollados, el sistema deglutorio del niño es inmaduro y la posibilidad de que una parte de un alimento o cuerpo extraño pase a la vía respiratoria es más alta.

Cuando esto ocurre, la tos originada por la aspiración puede ser efectiva y conseguir expulsar lo que la provoca, sin embargo, no siempre sucede así y se puede producir un deterioro del estado respiratorio que, en ocasiones, puede desencadenar en neumonía, enfisema pulmonar, entre otros.

Otros productos alimenticios que producen atragantamientos en menores son los frutos secos, los juguetes o los globos. Los especialistas recomienden no dar a los niños menores de tres años cualquier tipo de fruto seco sin moler. Es preferible hacerlo a partir de los cinco o seis años por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia.