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miércoles, 10 de enero de 2018

Un pastel de boda gay para Corte Suprema de EEUU

Por Julio Zambra

En julio de 2012 una pareja, conformada por Charlie Craig y David Mullins, acudió a una pequeña pastelería llamada Masterpiece Cakeshop en Lakewood, Colorado, para encargar su pastel nupcial. Llegaron al lugar, entraron y Charlie se abrió paso con una carpeta llena de recortes y papeles en los que tenía anotadas diferentes ideas para su cake. Sin embargo, su sueño se vio frustrado ante la negativa del dueño, quién afirmó que no iba a hacer una tarta para una pareja gay. Este episodio ha desatado la polémica en todos los Estados Unidos, pues el caso ha llegado hasta la mismísima Corte Suprema.

"No tuvimos la oportunidad siquiera de abrir esa carpeta. En cuanto nos sentamos con el dueño, preguntó para quién era la tarta y, al decir que era para nosotros, nos dijo inmediatamente que no iba a hacer una tarta para una pareja gay", asegura David Mullins. "Estábamos muy ilusionados, teníamos que solucionar miles de detalles para finalizar la boda, pero ese día en particular era muy especial porque la madre de Charlie estaba en la ciudad, ella no vive en Colorado, y era su forma de participar en la preparación de la boda", agregó Mullins.

Lo cierto es que no se amilanaron y de esa breve conversación ha surgido una intensa batalla legal entre la pareja, que lucha por igualdad de derechos, y el cocinero Jack Phillips, quien explica que cocinar para homosexuales va contra sus creencias religiosas porque, como cristiano, rechaza el matrimonio gay. Tras el desagradable suceso en la pastelería, la pareja demandó por discriminación al cocinero ante la Comisión de los Derechos Civiles de Colorado. Ganaron el caso y un tribunal del mismo estado avaló el fallo en 2015, pero Phillips siguió recurriendo y el caso finalmente llegó en junio al Tribunal Supremo, cuyo fallo se espera para antes de junio de 2018.

Los implicados conocen la trascendencia que tendrá el veredicto a nivel nacional. Los cristianos conservadores por un lado y los homosexuales estadounidenses por otro, esperan por el desenlace del caso con mucho interés por el impacto que causará en sus vidas. Este martes se realizará una audiencia sobre el caso en Washington. El más alto tribunal de Estados Unidos deberá decidir, a la luz de la Constitución, entre tres grandes principios del derecho: la equidad sexual, la libertad religiosa y la libertad de expresión.

El tema tendrá su impacto más directo en los 22 estados norteamericanos que prohíben la discriminación en base a la orientación sexual por parte de establecimientos que comercian con el público. Los tribunales inferiores de algunos de esas regiones han dictaminado que los floristas, los fotógrafos y los constructores deben proveer los mismos servicios para bodas homosexuales que para ceremonias de sexos opuestos. Por tanto, el caso requiere que los jueces tomen partido frente a un tema muy polémico en el país. Como prueba del amplio interés público, el tribunal ha recibido más de 90 informes externos. Un grupo de empresas entre las que se cuentan Apple y Amazon apoya a la pareja, mientras que la administración Trump respalda a Phillips.

Al parecer, la clave de la decisión final del asunto será la postura del magistrado Anthony Kennedy, de ochenta y un años, el decano de la corte y quien fue nominado por el presidente republicano Ronald Reagan en 1987. Él es el autor de los cuatro fallos más importantes sobre derechos de los homosexuales en la justicia además de uno de los máximos defensores de los derechos de expresión. En 2015, gracias a él se impuso la decisión de legalizar el matrimonio gay en todo Estados Unidos. El magistrado de origen irlandés redactó entonces el fallo histórico, tal como lo había escrito en 2003 en la decisión "Lawrence contra Texas", declarando ilegal una ley del estado sureño que prohibía la sodomía. La notoriedad de Kennedy radica en que a menudo es quien puede separar a los cuatro jueces progresistas de los cuatro conservadores, y es conocido como el juez pivote de la Corte. Es conservador en temas como las armas de fuego o el financiamiento electoral, pero puede ser progresista en temas como el aborto y la discriminación positiva. Los ojos de los estadounidenses y de personas de muchas partes del mundo aguardan por la decisión final.