Alain Pérez, una estrella de otro tiempo
A lo mejor nunca ha oído su nombre, y para su mala suerte nunca ha escuchado su música. Le digo de quién se trata, es Alain Pérez, un músico cubano nacido en Trinidad, que al mismo tiempo se desempeña como compositor, productor y arreglista. Tal vez usted sigue pensando que es alguien más de la gran escena musical cubana, otro más dentro del gran saco de geniales que existen en la mayor de las Antillas, pero le explico, que este hombre tiene un sabor distinto, que hace que sin lugar a dudas que su música esté fuera de todos los esquemas.
Exactamente su nombre es el de otro cubano más, el otro cubano que ya hoy hace la diferencia. Les invito a que conozcan algo sobre él. Su formación fue elemental estudió en la escuela Nacional de Arte en Cuba (ENA), pero pasó su vida oyendo al son, las guajiras y estuvo también cautivado por el jazz que lo hizo estar en el famosa agrupación de Irakere, aun siendo estudiante. Su etapa profesional también estuvo llena de batallas donde su primera presentación en un escenario internacional fue como arreglista y cantante igualmente junto Irakere y al maestro Chucho Valdés en el Festival de Salsa de Cali, Colombia. El comienzo tal vez fue espléndido, pero aún así este hombre no se encontraba aún en los oídos de todos los cubanos, e incluso tardaría un poco de tiempo, pues decidiría hacer su carrera en el exterior.
España fue su siguiente cuna, fue durante muchos años su abrigo, allí la fuente andaluza y gitana también bebió de él y él bebió de ella. Su estilo lo enraizó y tal vez fue la nostalgia de estar al otro lado del mundo lo que lo hizo llevar consigo al gran Beny Moré y entonces así Alain Pérez igualmente se hizo de un bastón. Su trenza lo acompaña, una mezcla entre todo el arte español y cubano, una forma de moverse de envidia y un carisma raro y enloquecedor.
Llegar a Cuba nuevamente sería un reto, plantar su música en el corazón de cada cubano es una tarea fácil y difícil a la vez. Cuba lleva ritmo por dentro, la música que se toca en Cuba es una sensación única e irrepetible, por lo tanto contagiar y lograr esa sensación es solo cuestión de talento.
Hoy Alain Pérez, ya es más nombre y tiene un reconocimiento por muchos cubanos, porque sencillamente su música es indescriptible, solo hace falta estar en un lugar donde los tambores suenen y donde seas capaz de sentir que la salsa que hace es diferente.
Yo soy una de sus admiradoras y he tenido la oportunidad de oírlo en vivo y de ver desprender su voz en cuerpo y alma. Este año estuvo presente hace pocos días en Festival de la Salsa en Cuba, en su III Edición. Allí pasó a mí alrededor algo muy extraño, la vieja generación de salseros desconocía su nombre, y luego de una cara de asombro, bailó su irresistible música y cuestionó su genialidad. Allí pude percibir que no muchos sabían quién era, allí pude percibir las distintas expresiones de quién es él, pero también en esos instantes me percaté de que su ritmo es lo suficiente bueno y admirable para arrodillar ante él a toda la afición metropolitana.
No hay duda alguna que su talento viene de otro tiempo, tiene un su carne la expresión más genuina del viejo son cubano, del mambo, de la sala y de todo el ritmo que su piel acaricia. Su fama llegará a su tiempo, pues en la música lo tiene todo brillar, los detractores también formarán parte de su camino, porque simplemente su despliegue en el escenario es único.
Hoy creo que este músico vive el mejor momento de su carrera, vive en la sombra de los apasionados y en la admiración de los salseros y amantes de la buena música. Además les digo que he logrado ver en este gran músico algo más allá de la música, algo imponente que me hace preguntarme el por qué no ha logrado triunfar de la forma que creo que se merece, pero cuando me detengo en la calma, veo que su música necesita tiempo, necesita espacio y necesita mucho de él mismo.
Si usted alguna vez oye su música, por favor, aunque no le parezca atractiva no pierda oportunidad de ver y oír a Alain Pérez y a su grupo en vivo, porque él y su ritmo tienen algo que en el escenario que solo lo he visto en él, es simplemente magia, porque es la trasmisión del arte pero a la vez del vacío. Alain posee una concentración increíble en lo que hace, es una mirada fría con un alma poderosa que a la vez trasmite calor y sabor.
Disfruta al escenario y su música, pero simultáneamente está tan pendiente de que las cosas salgan como exactamente quiere, que tal pareciera que pierde la oportunidad de vivir y sentir más el momento en que está, es una sensación rara que a lo mejor usted como espectador no logre llevarse, yo como su admiradora lo viví y fue la mejor vibración que me haya llevado de un artista , porque estoy convencida de que este es su momento, de que Alain Pérez está hecho para triunfar, y simplemente él vino de otro tiempo para hacernos saber de qué va la verdadera música, él es una estrella.