Ingerir bacterias, la clave para ser mejores
Investigadores de las universidades de Almería y Jaume I de Castellón, en España, descubrieron efectos positivos del consumo de bacterias comunes en los productos lácteos fermentados. En el estudio con enfermos de fibromialgia (enfermedad caracterizada por un dolor muscular crónico de origen desconocido, acompañado de sensación de fatiga y otros síntomas) se observó una reducción en la impulsividad a la hora de tomar decisiones importantes, así como facilidades al asumir los cambios de tarea y los procesos de adaptación. Para ello, se seleccionaron a los pacientes de fibromialgia por la accesibilidad a un grupo de ellos y por los síntomas que padecen, entre los que se encuentran pérdida o dificultad de concentración, olvidos, disminución de vocabulario y lentitud mental.
Además, esta patología está relacionada con disfunciones emocionales y cambios repentinos del estado de ánimo, así como a signos de fatiga y cansancio prolongados.
Pablo Román, investigador de la Universidad de Almería y profesor de la Jaume I, explica que escogieron un grupo de 114 enfermos a los que les suministraron durante ocho semanas cuatro probióticos orales (L. Rhamnosus GG®, Casei, Acidophilus y B. Bifidus) en cápsulas. Mientras que otro grupo recibió, a la par y durante el mismo tiempo, un placebo bajo las mismas condiciones.
Entonces, después de la ingesta de bacterias, los pacientes se sometieron a tareas experimentales y cuestionarios. Además se les recogieron muestras de sus heces y su orina para determinar la influencia directa de los microorganismos en la flora intestinal y se analizaron los niveles de cortisol, hormona que se libera como respuesta ante situaciones estresantes.
«Queríamos verificar si estas bacterias contribuyen a disminuir tanto la intensidad del dolor como la ansiedad y la depresión que padecen las personas con fibromialgia, así como una mejora a nivel cognitivo», comentó el investigador.
Pero el resultado de esta prueba mostró los beneficios de las bacterias en aspectos como la impulsividad y en la toma de decisiones, aunque los apartó en cuestiones de memoria, atención y elementos emocionales.
El estudio también resaltó la intrascendencia en la ingesta de estos microorganismos en las funciones motoras de los seres humanos. «Observamos que cuando tomaban decisiones, el grupo de pacientes a los que se les suministró probióticos actuaba de forma menos impulsiva y necesitaban de menos tiempo para hacerlo. A quienes se les administró placebo, en cambio, no registraron avances de ninguna clase», detalló Román.
El investigador destacó, casi al finalizar, que las bacterias se encuentran además en productos lácteos comunes y de fácil acceso en cualquier mercado y que las cantidades requeridas para obtener sus beneficios son las mismas de cualquier dieta sana y equilibrada.