¡A por la comida con insectos!
España podría aumentar las filas de los dos mil millones de personas en el planeta que regularmente comen insectos, o eso es lo que espera el gigante de los supermercados Carrefour, quien ofreció a los compradores españoles, refrigerios del estilo, de lombrices picantes, o grillos ahumados. Todo ello en medio de una cultura culinaria que se precia de ser muy cuidadosa con su legado.
A pesar de ser España, uno de los países que guarda sus tradiciones culinarias con más celos, la multinacional francesa, Carrefour, dio a conocer una nueva gama de productos basados en insectos que ofrecerá a los compradores españoles la oportunidad de desafiar a sus paladares, ayudar al planeta o atormentar a invitados no deseados en una cena. Nadie sabe. Entre las exquisiteces que se ofrecen en más de 300 de sus sucursales españolas, se encuentran lombrices picantes, barras energéticas hechas de chocolate negro, higos y grillos en polvo, y pasta y granola rebosantes del mismo insecto. Seguramente habrá más ingredientes, pero hasta ahí no han llegado los compradores españoles. "La idea es ofrecer a los clientes los productos más innovadores y ofrecer una variedad alternativa de artículos que sean sostenibles y respetuosos del medio ambiente. Estos productos han sido producidos íntegramente en Europa y cuentan con los más altos estándares de calidad. Están hechos a mano y usan ingredientes derivados de la agricultura ecológica”, dijeron los fabricantes en un comunicado. Y sí, es probable, lo que es poco probable, es que los españoles cambien la paella, por un grillo ahumado. O lo vean saltar, y ahí piensen: ¡Oh, se puede hacer una buena sopa estar tarde!
Los nuevos artículos pueden ser caros: una caja de 14g de los grillos crujientes de Jimini te costará 7 euros, pero Carrefour los empuja como la alternativa responsable a los sabores y texturas más familiares. Te venden la idea de que el envase está hecho de papel reciclado e incluye información detallada sobre los ingredientes y sus valores nutricionales. "También ofrecen a los clientes información sobre los beneficios de su consumo cuando se trata de la nutrición y el medio ambiente". La cadena afirma que la producción de insectos comestibles reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en un 99% y ayuda a limitar la contaminación y el consumo de agua. Dice que la nueva línea es parte de un intento más amplio para mejorar el bienestar animal y reducir el impacto ambiental de la compañía. Aunque un kilo de grillos costaría 500 euros, el minorista cree que comer insectos es cada vez más popular, sobre todo porque los insectos son una buena fuente de grasa, fibra, proteína, vitaminas B y aminoácidos. Las nuevas regulaciones alimentarias de la UE entraron en vigor en enero, allanando el camino para que Europa comiera el tipo de productos de insectos que tanto disfrutaban en partes de Asia, África, Australia y América. Así que ya saben, a criar grillos.
