Asesinos que marcaron la historia
La historia recoge tenebrosas historias de asesinatos y terror que han sacudido a naciones completas desde los albores de la humanidad. Muchos fueron llevados al cine y la literatura, creando así grandes obras maestras que han trascendido los tiempos. Algunas cuentan hechos reales y otras, como la mítica “El silencio de los corderos”, narran tenebrosas historias como la del terrorífico Hannibal Lecter. Pero en la vida real han existido casos semejantes. ¿Qué motivación podría llevar a alguien a quitarle la vida a otro ser humano?
Es difícil de responder, lo que sí sabemos es que el ser humano es capaz de cometer actos horripilantes. Muchos de estos terribles seres pueden presentar diversos grados de enfermedad mental o psicopatía que contribuye a su comportamiento homicida y que, en muchas ocasiones, puede tener un móvil sexual antes o después de asesinar.
Está el ejemplo del criminal estadounidense H. Holmes, uno de los primeros asesinos en serie documentados en el sentido moderno del término. Según se registra mató a más de 200 personas a finales del siglo XIX aunque él confesó haber cometido 27 asesinatos y 50 intentos de homicidio.
Ya en el siglo XX, merece un lugar destacado Ted Bundy, otro de los más malvados y enigmáticos que haya conocido la humanidad. Psicólogo de profesión, confirmó hasta 36 asesinatos, pero según los analistas la cifra real superaría las 100 víctimas. Era educado, inteligente y bien parecido, pero durante cuatro años una mujer tras otra caía en sus redes y no vivía para contarlo.
Otro que trascendió los canales mediáticos de la historia fue el reconocido como el asesino del zodiaco. Aterrorizó el norte de California entre diciembre de 1968 y octubre de 1969. Se dedicaba a revelarle a la policía y a los periódicos cada detalle los crímenes que iba cometiendo. Además, acompañaba sus letras con diversos criptogramas donde se descifraba su identidad. Al día de hoy el asesino del zodiaco sigue suelto, pues jamás fue capturado ni se logró descifrar su identidad. Aunque se detuvo a un sospechoso, Arthur Leigh Allen, tuvo que ser absuelto finalmente por falta de pruebas. El asesino escogía sus víctimas ayudándose de la astrología, de ahí su apodo.Según él, habría aniquilado a 37 personas. Y el reconocido como Jack el Destripador tampoco se pudo capturar en el Londres del siglo XIX. Se cree que mató como mínimo a cinco mujeres que trabajaban como prostitutas en un área empobrecida de Londres a quienes cortaba la garganta y mutilaba el abdomen.
Otro, John George Haigh, fue conocido como el "asesino del baño de ácido", durante la década de 1940. Fue declarado culpable de asesinar a seis personas, aunque afirmó haber matado a nueve. Disparaba a sus víctimas, la mayoría personas adineradas, y luego disolvía sus cuerpos en ácido sulfúrico. Pero a pesar de no contar con la prueba fehaciente de los cuerpos, los forenses reunieron evidencias suficientes para condenarlo a la horca en 1949 cuando tenía solo 40 años.
En la llamada casa de los horrores vivió el matrimonio de Fred & Rose West junto a los restos de sus múltiples víctimas. Los llamados "asesinos de Cromwell Street", torturaron, violaron y asesinaron al menos a 20 mujeres y niñas en Gloucester, Inglaterra entre 1967 y 1987. Fred West, un aldeano tosco y semianalfabeto, en compañía de Rose, su mujer enterraba a sus víctimas en el sótano o en el jardín de su casa. Contra sus víctimas, Fred seguía un patrón claro de violación, esclavitud y tortura antes asesinarlas. A dos de sus propias hijas, torturó y mató, ayudado también por su esposa. La inoperancia de la policía inglesa demoró la definitiva investigación que acabó por poner muy tarde a la pareja tras las rejas. Fred West se ahorcó antes de ser condenado y Rose fue encarcelada de por vida en 1995 tras haber sido declarada culpable de 12 cargos de asesinato.