Conozca el «nacimiento de ataúd»
Se le llama «nacimiento de ataúd» al parto donde el feto sale del útero empujado por los gases que la madre expulsa después de morir. Pero sí, el fenómeno resulta bastante raro, y hasta retorcido para muchos. No obstante, un equipo de investigadores de las universidades de Bolonia y Ferrara, en Italia, encontraron la tumba de una mujer que data de hace 1 300 años con un agujero en su cráneo y un feto entre las piernas. «El esqueleto que hallamos constituye un gran testimonio de las intervenciones quirúrgicas durante la época de la Alta Edad Media, tales como la perforación craneal, empleada en la antigüedad», explicó Alba Pasini, antropóloga autora de la investigación.
Además, cabe decir que dicho esqueleto fue descubierto próximo a la localidad de Imola, a unos 30 km de Bolonia, y significa uno de los muy escasos casos registrados de un «nacimiento de ataúd», como se le denomina al parto donde el feto sale del útero materno impulsado por los gases que la madre expulsa tras su fallecimiento.
Ahora, hay que reconocer que se trata de un fenómeno muy raro, y más, el hecho de que la madre presente un agujero infligido, según concluyó la investigación.
Dicho orificio, que al parecer fue realizado meticulosamente, tenía el objetivo de reducir la presión intracraneal propia durante los partos donde las madres sufrían eclampsia, enfermedad que afecta a la mujer en el embarazo y que se caracteriza por convulsiones seguidas de un estado de coma; la cual suele causar otras afecciones tales como hipertensión arterial, edemas o proteínas en la orina.
Ahora, «Nuestra hipótesis es que la madre murió de pre eclampsia o eclampsia, dos condiciones que como se mencionó antes traen consigo presión arterial elevada durante el alumbramiento. Por ello, fue tratada con una trepanación frontal para calmar la presión intracraneal. No obstante, pese a la intervención, la madre no sobrevivió y murió con el feto en su interior», explicaron los investigadores del estudio.
También se piensa que dicha persona rondaba los 30 años de edad y vivió durante el período lombardo, entre los siglos VII y VIII d.C.
Además, puesto que la mujer de Imola fue tratada quirúrgicamente con métodos que para la Iglesia podrían ser considerados poco ortodoxos, «la historia de esa etapa debiese ser reescrita».
Por otra parte, cabe mencionar que el esqueleto se encuentra en manos de los especialistas de la Universidad pública italiana de Bolonia y su destino aún se desconoce puesto hay que valorar dónde este hallazgo sería más útil.