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sábado, 21 de abril de 2018

Desigualdades y estratificación social desde las teorías sociales

Por dllorca

Dentro del pensamiento social y acerca de las estructuras y las desigualdades sociales pueden distinguirse tres grandes enfoques. Desde mediados del siglo XIX: el marxista y el weberiano y a mediados del siglo XX, surge el enfoque funcionalista. Se puede precisar además, que dichos enfoques aparecen prácticamente desde las etapas de función y desarrollo inicial de la sociología como ciencia independiente y se extiende hasta nuestros días, es un tema fundacional y permanente en la reflexión sociológica, trazado por las lógicas transformaciones y derivaciones que marcan la teorización en este campo. Los invito a que se adentren en el conocimiento social y conozcan así sus principales teorías.

El enfoque marxista

La concepción de Karl Marx referida a la estructura social y la desigualdad parte de considerarlo como externas al sujeto. La división de la sociedad en clases es la forma básica de estructuración de la sociedad según la teoría marxista y la fuente de diferenciación está, en última instancia, en la esfera económico – productiva, que no es la única pero si la determinante. Dentro de esta esfera el eje de la desigualdad es la propiedad, acceso a los medios de producción, lo que supone una suposición diferenciada también en cuanto a distribución y consumo.

La doctrina marxista intenta descubrir la objetividad de la formación de intereses subjetivos yuxtapuestos y en contraposición a otro grupo de intereses comprendidos en forma similar. Las clases sociales aparecen entonces como dualidades antagónicas en un contexto histórico de conflicto cuyo eje central es un materialismo histórico. De ese enfrentamiento mediado por la historia surge la lucha de clases que es la manifestación misma de conflictos de los intereses económicos de los individuos.

Marx destacó que, a diferencia de todas las anteriores sociedades de la historia de occidente con múltiples grupos de clases antagónicas, en la moderna sociedad capitalista la repartición desigual de capital se simplifica en la forma de dos clases caracterizadas por esta “distribución”: el proletariado y la burguesía. Esta es la clase el modo de producción denominado capitalismo y su apoyo teórico, el liberalismo, comprendido como su epifenómeno ideológico.

El enfoque weberiano

Para Max Weber las clases sociales se definen por la relación económicamente determinable entre sus miembros y el mercado. Éstas son solo una de las formas de estratificación social, atendiendo a las condiciones de vida material, y no constituye un grupo consciente de su propia unidad más allá de ciertas condiciones sin necesaria comunidad de intereses.

Los grupos de status se distinguen por su modo de consumo y por sus prácticas sociales diferenciadas que dependen a la vez de elementos objetivos y de otros puramente subjetivos como la reputación (el honor, el prestigio, etc.).

Aunque en la extensa obra de Weber pueden encontrarse múltiples referencias al problema de la diferenciación social entre individuos y grupos, este tema fue tratado especialmente en ´´Clase y Estamento´´. En Weber el análisis de la desigualdad social parte de los vínculos entre poder y economía, para él son esenciales en el funcionamiento de la sociedad. Los elementos básicos de la estructura social son aquellos que representen fenómenos de distribución de poder. En este contexto propone la trilogía: clase, estamento, poder.

Las clases son fenómenos del orden económico, esa es su esfera de aparición y actuación y aquí la posibilidad de competir en el mercado es la dimensión causal específica de la estratificación y la desigualdad económica. Se definen por posición en la producción y adquisición de bienes.

La situación estamental está referida a la consideración social basada en el modo de vida, maneras formales de educación, prestigio hereditario y profesional, convenciones estamentales tradicionales, posiciones y riquezas y las relaciones sociales. Ella puede condicionar en mayor o menor grado las situaciones de clase pero no se identifican. Este status social se adquiere a través de la adopción de una mentalidad y un modo de comportamiento específicos mediante la pertinencia a determinado círculo social. Se define por un estilo de vida, por el consumo de bienes. Los partidos expresan los fenómenos de distribución en la comunidad y su papel es el de ejercer su influencia sobre la acción comunitaria.

Los vínculos entre las tres esferas del poder no tienen carácter determinista sino de relaciones recíprocas: el poder económico no necesariamente equivale a poder general ni a reconocimiento de status, aunque el proceso de racionalización de la sociedad tiende a potenciar el contenido económico de la acción social; el poder político puede obtenerse sin posesión simultánea de poder económico, pero puede usarse como vía de acumulación de poder económico. Reflexionando sobre las ideas de Weber acerca de la desigualdad social, se pudiera concluir que su propuesta apunta hacia la argumentación de la complejidad de las relaciones sociales, que de ninguna manera se circunscriben a lo económico, a la importancia de los nexos intersubjetivos entre individuos y grupos sociales en el proceso histórico, de la multiplicidad causal de este proceso y del rol del poder y las relaciones de dominación en el desenvolvimiento de lo social.

Finalizando, la visión de Weber conduce a una aceptación de las desigualdades sociales como algo intrínseco a la propia sociedad, a su lógica económica y productiva. Debe notarse que no se trata de aceptar la necesaria presencia, como elemento consustancial de lo social, de tipos históricos, también en el futuro, de división del trabajo, de especializaciones y fragmentaciones profesionales interconectadas, cuyo devenir el marxismo interpreta como avanzado desde la etapa pre-clasista, hacia sociedades divididas en clases. En el caso de Weber se trata de aceptar la potenciación creciente de la racionalidad económica basada en la propiedad privada como lógica por excelencia del desarrollo social, y la concentración del poder en los sujetos que actúen de la forma más coherente con esa racionalidad

El enfoque funcionalista.

El enfoque funcionalista de la desigualdad se desarrolla como una perspectiva de explicación no marxista de la estratificación socio-estructural. Partiendo de Weber este enfoque fundamenta la distinción entre los conceptos de la clase y estrato social, pero a diferencia de la postura weberiana, absolutiza el papel del estrato como elemento esencial de la estructura social y los factores de su formación.

La teoría parsoniana deudora de la tradición de pensamiento, sostiene una perspectiva que considera la integración como elemento básico en la constitución de la sociedad. Prioriza en su análisis la noción de estamento y la valoración intersubjetiva. Considera que la sociedad está dividida en estratos y que la base de esta diferenciación es el prestigio aunque, a diferencia de Weber, apenas presta atención a los factores económicos, que pierden su capacidad explicativa. En la teoría parsoniana se le concede una gran relevancia a las normas, entendidas como estándares comunes acerca de lo que es aceptable o apropiado, de forma que, la interacción social es normativa pues la conducta depende de las expectativas de los actores sociales que interactúan.

Para Parsons, la estratificación en su aspecto evaluativo.La estratificación, por tanto es concebida como proceso de evaluación que ordena jerárquicamente las unidades según los estándares de valor vigentes en el sistema social. La unidad puede ser, por tanto, el status –rol, el actor (individual o colectivo) en cuanto portador de un rol, no como personalidad, o el actor mismo como reconoce Talcott Parsons. En resumen, el enfoque funcionalista de la estratificación social propone la desigualdad social como el eje de los sistemas en equilibrio, que juega el rol de distribución estimuladora de recompensas entre calificaciones y competencias desiguales y el ajuste funcional. De igual manera, el enfoque funcionalista legitima de la desigualdad social como forma especial para lograr la efectividad funcional de la sociedad, efectividad en este contexto es la razón de ser de los sistemas sociales.