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viernes, 20 de abril de 2018

El estrés, un mal aliado del peso

Por Diana Santos

El estrés, la bien conocida Enfermedad de este siglo, ha venido a convertirse en pandemia, según informan las recientes estadísticas. Si bien en su génesis se involucran varios factores, científicos pertenecientes a la Universidad de Stanford, California, atribuyen un papel especial a los glucocorticoides (denominados hormonas del estrés), el ritmo circadiano (crononutrición), así como otros factores endógenos y del medio externo.

Fue la prestigiada revista Cell Metabolism, la encargada de publicar estos resultados.

De acuerdo con las recientes investigaciones, existe una relación muy estrecha entre los glucocorticoides o esteroides y el incremento del peso corporal en las personas que lo padecen. Para muchos especialistas, el conocimiento de esta información rompe con esquemas previamente establecidos, al brindar una respuesta biomolecular compatible entre el peso individual y el estrés crónico mantenido.

Mary Teruel, principal especialista del estudio, señaló en el nexo establecido nuevas pautas de tratamiento. Atribuyó a su consumo algunos de los efectos deletéreos asociados al incremento del peso y la pérdida de la calidad ósea en los pacientes. Según refiere Teruel, el descubrimiento de la maduración de las células grasas refuerza la hipótesis de la exposición esteroidea, la cual presenta una duración inferior a 12 horas.

“El conocimiento exacto de las cifras de glucocorticoides circulantes en un individuo sano, permite ejercer una influencia positiva en el ciclo circadiano de 24 horas”, apuntó.

Como es conocido, este ciclo alcanza su máxima expresión a las 8 de la mañana y registra su mínimo nivel, cerca de las tres de la madrugada del día siguiente.

Además de esta estimulación hormonal, existe una motivación adicional para que las células precursoras se transformen en células grasas, el estrés.

Este estado patológico, hace que los picos cortos registrados sean relacionados con el surgimiento de un estrés agudo, en tanto los largos influyen en la instauración de una etapa de estrés crónico mantenido sobre nuestro organismo.

Los experimentos realizados demostraron también la presencia ineludible de dos tipos de retroalimentación en nuestro cuerpo: una positiva, rápida, y otra aún más lenta, la cual permite a las células precursoras ignorar las variaciones normales que ejercen los glucocorticoides.

¿Conclusión? Sostener un ritmo de vida pausado, dinámico pero controlado es la clave no solo para mantenernos saludables sino además atractivos, en forma. La ciencia apuesta por reducir los niveles de estrés, por un dominio completo de las actividades cotidianas sin excesos. ¿Qué hacer entonces? Depende de cada persona evaluar su dinámica diaria y en función de ello, vivir y vivir mejor, también sin sobrepeso.