«En España el 69% de los reclusos se reinsertan exitosamente»
La admisión a trámite de una propuesta de ley para anular la llamada prisión permanente revisable vuelve a ubicar en primer plano la cuestión de la reinserción penitenciaria. Y es que podemos preguntarnos, ¿funcionan los programas destinados a este propósito? ¿Resulta realmente alta el número de reos que reinciden al salir del encierro, o solo se trata de una percepción negativa originada a partir de los casos más sonados? Pues para intentar esclarecer un poco estas ideas, quisimos acceder al jurista y criminólogo, Javier Nistal Burón, Subdirector General de Tratamiento y Gestión Penitenciaria de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, quien ofreció una entrevista al respecto recientemente y este servidor quiso compartir algunas de sus respuestas.
Y es que entre muchos ciudadanos está extendida esa idea de que la reinserción penitenciaria no acaba de funcionar bien en España, ya que son muchos los sujetos que vuelven a reincidir una vez que han salido en libertad tras cumplir su condena. Ahora, ¿es cierto esto?
Pues puede decirse que se trata de una verdad incompleta. O una mentira a medias, de acuerdo a cómo se quiera percibir el asunto.
De hecho, las estadísticas muestran que el índice de reincidencia en España está al 31 %, lo que no constituye una cifra muy baja, pero tampoco muy alta.
Además, si se le da otro sentido a todo esto, significaría que el 69 % de los ex reclusos se reinsertan con éxito en la sociedad, y ese sí que es un valor alto, aunque no todo lo que se quisiera.
De ser así entonces, ¿por qué existe esa percepción tan negativa hacia las políticas de reinserción de los reclusos?
Quizá, los casos más sonados de criminales que vuelven a hacer de las suyas tienen un gran impacto sobre la gente y contribuyen a crear una sensación de que la reinserción no funciona del todo.
Por otro lado, y desafortunadamente, casi nunca se habla de las historias de los miles de ex reclusos que si consiguen rencontrar un empleo y dejar atrás su pasado delictivo.
Para ello, hay que hacer las cosas bien a nivel penitenciario, es decir, que los programas que se están desarrollando sean los adecuados.
Porque el problema radica en que cuando el reo abandona la cárcel es cuando realmente empieza el proceso de reinserción, y a partir de ese momento las instituciones penitenciarias ya no pueden hacer nada más.
Por eso quizá falte reforzar las políticas de ayuda post penitenciaria. También, existen algunas facilidades como la prestación social o por desempleo para ex reclusos.
Sin embargo, tampoco hay que olvidar que son los propios presos que acaban de salir en libertad quienes tienen el poder real para esforzarse y rehacer sus vidas.