La fuente de la juventud está en el océano
Nuevos medicamentos vienen desde el fondo del mar, una de las esferas menos exploradas por la medicina y la ciencia en general. En este emprendimiento, España ocupa un lugar especial, con el programa ya muy reconocido PharmaSea nacido en 2013, y con vistas a explorar fondos desconocidos en busca de compuestos contra enfermedades del sistema nervioso central.
Nuestro planeta está plagado de disímiles hechos extraños y misteriosos, a los que siempre tratamos de darles una explicación lógica, mediante el uso de la ciencia y la tecnología, y también de muchas cuestiones del diario que son las que más requieren rápidas y eficientes soluciones. Cada día en este planeta surgen nuevos descubrimientos, muchas veces relacionados a la mayoría de las esferas de desarrollo social que van desde elementos vinculados a la historia y la evolución humana hasta los más sencillos que garantizan mayor comodidad y un nuevo estilo de vida a las personas.
Y entre ellos están las siempre misteriosas profundidades marinas del planeta y es que hoy, los océanos son una de las grandes apuestas de la ciencia, pues miles de proyectos y estudios internacionales, y de instituciones y farmacéuticas analizan el fondo del mar para luchar contra males tan diversos como el cáncer, la epilepsia o el Alzheimer.
En este emprendimiento, España ocupa un lugar relevante. Según Fernando Reyes, director del departamento de Química de la Fundación Medina, dedicada a la investigación de compuestos innovadores, el mundo necesita nuevos fármacos, sobre todo antibióticos, y muy urgentemente, además, refiere que el mal uso de este tipo de medicamentos está creando un grave problema de resistencia.
A partir de esta preocupación comenzó PharmaSea en 2013, encaminado a explorar fondos desconocidos en busca de compuestos que permitan afrontar esta amenaza y también contra enfermedades del sistema nervioso central. Cuenta con financiación de la Unión Europea, un total de 24 institucione, entre los que destaca la Fundación Medina y la Universidad de Santiago de Compostela.
Hasta ahora, han encontrado moléculas con actividad antimicrobiana, contra las convulsiones y con capacidad antiinflamatoria, refiere Reyes y afirma que este es solo el inicio de un largo proceso.
La mayoría de estos hallazgos estaban entre algas y esponjas marinas, ya que son las que más moléculas generan para defenderse, según explica María Jesús Uriz, bióloga marina del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Como no se pueden desplazar, ellas desarrollan un mecanismo para no ser devoradas que lleva a una continua producción de estas sustancias que se han ido acumulado durante años.
Hoy, existen varios potenciales fármacos marinos en investigación, extraídos en aguas de Tanzania, Kenia y Madagascar Filipinas, Australia, Océano Índico y parte del Pacífico. Proceden de varios tipos de esponjas algas y tunicados y de estrellas y caracoles de mar, y otros.
