El instante del desconsuelo
Anulada por tierra y aire, el sábado 16 de junio, en una fecha de cuatro partidos en Rusia 2018, Argentina, la de Jorge Sampaoli y la de Lionel Messi, que es la misma, aunque se observe dispareja, distante e inefectiva, cayó derrotada en el campo, si bien la FIFA se aferre a informar lo contrario.
Una Argentina que se compadeció de sí misma con un punto que sabe a nada, aunque pueda ayudar un poco más adelante. Un equipo que viajó con la gloria de favorito y mantiene un sueño que cada día parece más una quimera, si bien la lógica meta de vencer no cambia.
La Argentina, la de Jorge Sampaoli y la de Lionel Messi, no logró despejar dudas sobre su accionar competitivo. Islandia, un nación nórdica que no supera los 400 mil habitantes fue un cerrojo infranqueable y destrozó millones de corazones en algo así como 90 minutos, un periodo en el cual Messi erró un penal, los defensores no defendieron, los mediocampistas no cruzaron la mitad de la cancha y los delanteros no agredieron ni a la pelota, aun cuando Agüero, en un golpe de odio, la mandó a sufrir a las redes.
Si Argentina voló a Rusia con un manojo de preguntas sin responder, el listado creció después de su debut en Rusia. Su lógico favoritismo ante Islandia nunca se vio y los Di María, Agüero, Otamendi… carecieron de entereza para salvar algunos elogios. Heimir Hallgrímsson y su tropa de Son: Aron Gunnarsson y a Gylfi Sigurdsson… gritaron más alto que los sudamericanos y fueron los vencedores, si bien la FIFA se aferre a colocar un empate y a ambas selecciones con un punto per cápita.
No logra cuajar Argentina, que deberá remar contracorriente ante Croacia, otro que comenzó descarrilado, pero sumó de a tres, lo que nadie más en ese grupo denominado D, que también tiene a Nigeria como su otro inquilino.
Por favor, hay que decirle a Sampaoli que sin táctica no hay paraíso, y que si no conoces el paraíso, nunca podrás entender qué se siente cuando se alza el trofeo de una Copa Mundial de fútbol. El viaje a Rusia no comenzó bien.
