Los girasoles de Van Gogh se desvanecen
Un reciente estudio de rayos X confirmó que la obra del artista holandés postimpresionista Vincent Van Gogh se desvanece en el tiempo debido a que los brillantes tonos amarillos se tornan a una tonalidad marrón. El afamado pintor utilizaba una mezcla entre el cromato de ploma amarillo y el sulfato de plomo blanco, los cuales bajo la radiación se hacen inestables y se agrupan, opacando el color.
Los investigadores afirman en la revista Invdes que descubrieron que la exposición a la luz ultravioleta, sin importar mucho el origen, tanto la proveniente del sol como la de las lámparas halógenas utilizadas en los museos, provoca la oxidación de algunos pigmentos de la pintura. Resulta que el afamado artista autor de Los Girasoles y La Noche Estrellada, entre otros cientos, utilizaba una mezcla entre el cromato de ploma amarillo y el sulfato de plomo blanco, los cuales bajo la radiación hacen que se opaque el color. Aunque aún el oscurecimiento de la pintura no es visible a simple vista, los especialistas no están seguros de cuánto tiempo los colores permanecerán activos.
En un reporte de El País del año 2017 ya se hablaba sobre la pérdida de intensidad de los colores de Van Gogh, la cual fue constatada por Ella Hendriks, restauradora principal del centro, en la famosa tela de los lirios. La obra fue pintada durante la estancia del holandés en la ciudad francesa de Arlés, y los historiadores la presentan como un alarde técnico que mezcla perspectiva, detalle y brochazos apresurados en el cielo. Sin embargo, lo que Hendriks ha visto es otra cosa: Con ayuda del microscopio, ha observado que el pigmento rojo de los lirios ha ido desapareciendo por culpa de la exposición a la luz, aseguró, y, como resultado, las flores son ahora más azules que violeta. En caso de que no se ponga coto a la iluminación soportada por los lienzos en el museo, los tonos corren incluso peligro de desaparecer.
Para alarmar más el asunto, resulta que el problema de los colores de Van Gogh puede hacerse extensivo a otros pintores de su generación, sobre todo de manera particular en los impresionistas, pues ellos también utilizaron pinturas sintéticas. De acuerdo con los restauradores, el problema es que eran nuevas y los fabricantes no seguían protocolos estandarizados para conseguirlas, y eran más bien artesanos que mezclaban aceites y polvos, y de ahí que los porcentajes pudieran variar casi en cada tubo; de ahí que es cierto el hecho de que no es que Van Gogh, siempre escaso de fondos, aprovechara las marcas más baratas.
En la referida investigación han participado la Universidad holandesa de Tilburg y el Servicio Nacional para el Patrimonio Cultural. De conjunto, han echado un vistazo al futuro del colorido en la obra del holandés. En general, en una restauración respetuosa nunca se repinta un cuadro a la manera del artista, por lo que para adelantar el proceso de deterioro derivado de la intensidad lumínica, se ha hecho una simulación digital. Ella Hendriks ha tomado para ello “El dormitorio en Arlés”, un óleo que debía transmitir sosiego al espectador gracias a su combinación de colores complementarios: rojo y verde, amarillo y violeta, verde y naranja. La especialista comentó en esa ocasión a El País que donde ahora se ve azul y blanco, en la puerta y la pared, a la izquierda, había en origen rojo o lila. En efecto, Van Gogh era un artista de amarillo y violeta, no tanto de contrastes entre azules y amarillos.
Van Gogh usó los pigmentos fotosensibles en aproximadamente la mitad de su obra por lo que para su protección el museo que lleva su nombre en Amsterdam instaló luces LED inteligentes que permiten controlar el espectro y horario de la iluminación, así como el brillo.
A pesar de esta medida, no hay información sobre alguna tecnología que evite el cambio de color de las pinturas de cromo, la esperanza es que a partir de esta nueva investigación surjan nuevas técnicas para iluminar o mostrar las mismas.
