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jueves, 26 de julio de 2018

A Trump no le gustan los coches europeos

Por cuchita

Más allá de las relaciones políticas o diplomáticas entre las diferentes administraciones gubernamentales, las contradicciones o verdaderos enfrentamientos los podemos encontrar en la dimensión económica. Al parecer, la búsqueda por el poder financiero a nivel internacional es el objetivo de los mandatarios más influyentes, quienes aplican medidas drásticas para cumplirlo.

Este lunes, el presidente estadounidense Donald Trump anuncio que se reuniría este miércoles con Jean-Claude Juncker, jefe de la Comisión Europea. El mandatario aseguró que si las negociaciones no llegan a buen puerto, Washington podría introducir aranceles a los automóviles que se importan desde países pertenecientes a la Unión Europea. Esta advertencia ocurrió durante un evento en la Casa Blanca, donde se promocionaron productos de fabricación estadounidense. Al evento asistieron diferentes representantes de algunas de las industrias más importantes del país.

"La Unión Europea ha tomado una postura muy dura hacia EE.UU., ellos [los representantes de la UE] vendrán a verme el miércoles, y veremos si podemos llegar a un acuerdo. En caso contrario, tendremos que hacer algo con los millones de autos que envían aquí cada año. Pero, tal vez, lo arreglaremos", aseguró el mandatario estadounidense.

En el mes de junio Trump anunció que Estados Unidos podría introducir una tasa hasta de un veinte por ciento sobre los vehículos europeos importados a Estados Unidos. Por su parte, las autoridades europeas, aseguran que esta medida claramente pondría en peligro las relaciones comerciales de mil millones de dólares entre los dos importantes bloques implicados e igualmente la existencia de millones de puestos de trabajos instalados a ambos lados, aseguró Bloomberg.

No obstante, algunas fuentes gubernamentales estadounidenses revelaron a Político, según cita RT, que esta idea de introducir aranceles a los automóviles importados, algo que afectaría a la industria automotriz europea, no cuenta realmente con muchos apoyos al interior de la administración norteamericana. Hay muchas personas que no quieren verlos introducidos", afirmó al medio un alto funcionario de la Casa Blanca. De no ser así no solo la industria automotriz europea se resentirá, sino que también la economía estadounidense se tendrá que preocupar por las el resentimiento de las relaciones comerciales y diplomáticas con algunas de las naciones europeas.